Por Rocío García Olmedo
Justo es lo que el próximo domingo 1 de julio durante la jornada electoral, habremos de hacer a partir de las 8 de la mañana y hasta las 6 de la tarde quienes tenemos credencial electoral vigente.
El miércoles concluirán las campañas políticas e iniciará un período de “silencio” para razonar y decidir nuestro voto.
Los estudiosos de la ciencia política y de otras disciplinas han realizado una serie de estudios para explicar motivaciones de votantes, razones, sinrazones, filias y fobias, conductas del comportamiento electoral, señalando que el voto tiene una naturaleza multifactorial.
José Antonio Crespo escribía recientemente “que aún los votantes que razonan el voto, son proclives a hacerlo de manera emocional” (El Universal 19 /02/2018).
Justamente por ello y como nadie podrá negar que estas campañas políticas han generado una peligrosa polarización, es obligado hacer una revisión responsable de todos y todas las candidatas que hoy compiten por un cargo de elección popular, es tiempo de identificarlos con mucho cuidado, casi “con lupa” para razonar y decidir por quien votaremos el próximo domingo.
Partir de la información que obtuvimos durante las campañas, -propuestas viables, proyectos responsables- considerar las plataformas que impulsaron los/as candidatos y hasta evaluar la congruencia, honestidad, honorabilidad, capacidad, inteligencia, experiencia de cada uno/a.
Se requiere pensar ¿Qué destino les estaremos construyendo a nuestros hijos/as, nietos/as, a nuestras familias, a nosotros /as mismas al depositar nuestro voto? ¿Qué queremos para nuestro país, para nuestros Estados y nuestros Municipios y para nosotros mismos los próximos 6 o 3 años? ¿Quién nos hizo sentir confianza, certeza, seguridad? Y sufragar el domingo 1 de julio no solo por quien nos haya ofrecido el mejor programa de gobierno, sino por quien pueda desarrollarlo.
Si una aspiración es que el “Voto razonado vincule medios y fines” me parece que en el contexto electoral actual a seis días de la elección, es necesario razonar las ventajas, desventajas, beneficios y fundamentalmente los riesgos que corremos al tomar la decisión.
Deberemos pues, -como lo plantea la teoría racional en el ejercicio del voto razonado o correcto, (Lau y Redlawsk y Niemi y Weisberg, 2001)- evaluar las diferentes opciones políticas, y orientar nuestro voto, de acuerdo a los intereses que están en juego en esta elección. Y al provocarse este escenario de alta polarización electoral, se hace necesario además, llamar a ejercer un voto útil.
Dar utilidad a nuestro voto evitará el riesgo de un futuro no deseable para nuestro país.
Esta elección, nos ha obligado a visibilizar la importancia y la necesidad urgente de saber elegir, también, el valor que tiene decidir la orientación de nuestro voto; por ello, al emitir nuestro voto el domingo, pensemos también, que quien gane la Presidencia de la República, y todos los cargos de elección popular por los que están compitiendo, asumirán la compleja tarea de reconciliar al país.
Estamos a tiempo para tomar la mejor decisión.
Yo l@s invito a votar por el PRI.