No. No es la brutal inseguridad pública que vive Puebla y el país entero en los últimos meses. Tampoco es la terrible situación económica que viven miles de familias a las que ya no les alcanza el dinero –si es que lo tienen- para solventar sus necesidades más elementales. No es la inflación, el desempleo ni tampoco el cierre de comercios, restaurantes e industrias.
No. La verdadera crisis es la que ya está viviendo nuestro anciano sistema político mexicano y que muy pronto reventará en una explosión que ojalá y no sea violenta.
Lo dicen todos y cada uno de nuestros estudios de opinión pública: La gente está harta de los actuales partidos políticos y sus respectivos miembros o gobernantes emanados de ellos. En los últimos cincuenta años o más ellos mismos se han encargado de desprestigiarse solos y ahora se enojan de que los medios no hablen de otra cosa más que de sus defectos, corruptelas e ineptitudes.
En serio. No sé qué va a pasar después del 5 de julio próximo. Todo indica que acudirá a las urnas un muy escaso 35 % del padrón electoral (y hay quien sostiene que menos… pero seamos un poco optimistas). Y si éste es de un poco más de 77 millones de mexicanos (de una población total de unos 109 millones de habitantes), eso indica que el partido que “gane” la mayoría de Diputados de San Lázaro, obteniendo algo más del 30 % de los votos, estará siendo realmente avalado por un poco más de 8 millones de personas.
¡8 millones de una población total de 109 millones!
Pero eso no es todo. Del porcentaje de ciudadanos que sí acudan a las urnas, muchos están pensando seriamente en anular su voto, ya sea tachando a todos o bien dejándolo en blanco (con algún mensaje pintoresco, seguramente). Es decir, de todos aquellos que sí salgan a “votar” el 5 de julio, réstele usted a los que de plano anulen su sufragio.
Repito: ¿Con esa “legitimidad” arribarán al Congreso de la Unión los “representantes” del pueblo? Es decir, ¿sabiendo que menos de uno de cada diez ciudadanos de su Distrito lo respaldan realmente?
La situación es grave. No sé si usted coincida con esta argumentación. Pero desde periodistas serios hasta intelectuales de renombre, empresarios y líderes de opinión (Ciro Gómez Leyva, José Antonio Crespo, Carlos Loret de Mola, Leonardo Curzio, y muchos pero muchos más, incluidos muchos amigos que me escribe a diario en el blog o en mi mail) están ya proponiendo abiertamente la drástica medida de anular el voto como una forma de protestar ante la raquítica oferta de soluciones planteadas por los candidatos de los distintos partidos.
Los del PAN culpan de todos los males al PRI sin recordar –mañosamente- que ellos ya gobiernan al país desde hace 8 años y que hoy vivimos la peor crisis política, económica y de inseguridad que se recuerde en la historia. NO hay propuestas blanquiazules. Lo único que repiten hasta cansarse es que todo lo malo no lo causaron ellos sino los priístas… ¿Y Fox, la señora Martha, corruptelas de sus vástagos, tráfico de influencias del cuñado incómodo de Calderón, gobernadores fichitas como Estrada Narquigal, Patricio Patrón Laviada, etc., etc., etc.?
Blanquiazules olvidadizos y mañosos.
Los priístas culpan de todos los males al PAN y sus malos gobiernos: incapaces, novatos, etc. Pero olvidan con cinismo que México vivió 70 años de regímenes tricolores en donde la corrupción alcanzó niveles asquerosos. Cero propuestas. De no ser repetir hasta el cansancio que ahora ya son buenos y que por Diosito que ya no van a ser malos.
Tricolores cinicazos.
Del PRD mejor ni hablar. Una bola de revoltosos que cuando gobiernan resultan más corruptos y mentirosos que priístas y panistas y con líderes mesiánicos y deschavetados que sueñan con implantar en México un sistema tan hermoso como el cubano o el venezolano. ¿Propuestas? Ninguna. Salvo las del “Tío Chucho” con la niñita, diciendo babosadas que suenan bonitas pero que jamás dicen cómo llevarlas a la práctica.
Y los partidos chiquitos… Una bola de vividores que lo único a que aspiran es a no perder el registro y seguir pegados a la ubre presupuestal para vivir sin trabajar. ¿Propuestas? Tarugadas como la pena de muerte del Verde o legalizar el aborto de los farsantes del PSD. PT y Convergencia, desechos priístas que no tengo idea qué propongan en serio.
¿A poco le dan ganas a usted de ir a votar el próximo 5 de julio?
Ya sé su respuesta, pero… ¿qué va a pasar después? ¿Seguiremos igual por otros tres años u otro sexenio? ¿Con los mismos candidatos de los partidos de siempre?
Porque le apuesto doble contra sencillo que entre los candidatos de la próxima elección local (Gobernador, Alcaldes y Diputados locales) estarán varios que hoy están aspirando a ser Diputados Federales. O de plano algunos dejarán curules u otros cargos para ahora meterse a la contienda por Presidencias Municipales, curules locales o… Gobernador.
El colmo.
Reitero con pesar: Viene una verdadera crisis sistémica que ojalá no termine en forma violenta. Que por cierto es el escenario ideal para que algún orate iluminado aparezca y se presente como la solución esperanzadora a la crisis. Esa historia ya ha pasado en decenas de momentos de nuestra historia nacional y en decenas de países latinoamericanos.
¿Estaremos condenados a seguir repitiendo los mismos errores y excesos de los casi 200 años que llevamos de “vida independiente”?