24-11-2024 04:54:31 AM

¡Ya Basta!

Por Rocío García Olmedo

 

Reconocer y visibilizar los problemas representa el primer paso para enfrentarlos. En Puebla desde el gobierno anterior hemos sentido que la inseguridad y la violencia se incrementaron.

El gobierno del estado de entonces a cargo de Rafael Moreno-Valle Rosas, no solo no lo reconoció, intentó incluso ocultarlo, importaba más en aquel momento cuidar un proyecto personal por la presidencia.

Lo que sí hicimos en paralelo diversas voces individuales, de organizaciones civiles e instituciones educativas, fue visibilizar el incremento de las violencias en contra de las mujeres. El número de feminicidios que ya había para entonces, generó la petición de que fuese declarada la Alerta por Razón de Género, no se logró.

Desde entonces ya detectábamos, que había que implementar y ejecutar acciones preventivas para enfrentar este flagelo, mediante el diseño de políticas públicas; más aun, estábamos a la víspera de la llegada de un proceso electoral, en el que además de todo, por primera vez en Puebla, los partidos políticos aplicarían el Principio de Paridad en la postulación de candidaturas.

Resultados a la vista. Hoy, la violencia y la inseguridad han llegado a extremos inaceptables y la violencia política por razón de género en contra de candidatas, candidatos, políticos en funciones día a día es documentada.

Puebla se ha convertido en  la segunda zona de Estados del país con mayor riesgo y donde más violencia se ha registrado contra candidatas/as (Etellekt, 2018).

Muchas variables sin duda interactúan para tener este contexto nocivo, yo sostengo que una de esas variables que lo alimenta es, el uso de un  lenguaje irresponsable en el discurso político, que pareciera inofensivo y hasta pudiera generar risas (ejemplo: “la mafia del poder” o “Ricky, Riquín,Canallín”) pero si ponemos atención, son mensajes que polarizan, que dividen, insultan, calumnian, provocan, agreden, generalizan (a todos los hombres, mujeres e instituciones públicos nos coloca en la “misma canasta”) o “buenos o malos” no hay más. Polarizan e intentan después reconciliar.

Es momento de hacer un alto.

Durante muchas décadas hemos trabajado por un país y un Estado donde las mujeres podamos tener las mismas oportunidades en condiciones de igualdad, tal vez por eso tristeza, indignación, enojo, impotencia son algunos de los sentimientos que me invaden al conocer del asesinato de dos mujeres queridas Juany y Ericka, trabajadoras, comprometidas…

Es verdad, la violencia contra las mujeres es multidimensional y la violencia política  creciente en Puebla amerita una respuesta contundente;  pero no sé qué es más patético:  Si la muy poco creíble “contundente declaración de indignación” de la candidata a gobernadora Martha Erika Alonso de Moreno Valle, que hoy “pide la cabeza” del Fiscal Carrancá, cuando sabemos que durante su período como esposa del ex gobernador Rafael Moreno-Valle Rosas, como “primera dama” como presidenta del DIF en el Estado, o siquiera cómo mujer, no influyó para corregir la falta de políticas públicas para prevenir, atender o eliminar las violencias en contra de las mujeres o para incorporar al marco de la ley la tipificación de la violencia política en razón de género;  o, la declaración anticipada de las autoridades del gobierno del estado que en rueda de prensa afirmaron ante el asesinato de Juany y Ericka el fin de semana “fue una ejecución” cuando no habían iniciado las investigaciones del caso y cuando somos todas/os testigos de la impunidad que envuelve a los anteriores asesinato…lastiman a las familias poblanas…qué lamentable…pobre de nuestro Estado.

Hoy más segura que nunca…debemos razonar nuestro voto.

Por eso una vez más, exigimos al gobierno del Estado que tome las riendas y el control de nuestro Estado, que se comprometa a garantizar la seguridad de quienes hoy contienden por un cargo público, y la de todas/os los poblanos. ¡Ya basta!

 

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