Por desmemoriados o por conveniencia, hay quienes se asombran de que ahora unas empresas resulten “simples cooperativas”. Pero han sido los organismos empresariales los que fomentaron esta figura para subcontratar personal con trampas, los que evitaron en abril pasado una reforma integral de la ley; también son los que por un lado piden el IVA generalizado y por otra se quejan de la carga fiscal.
Los documentos de promoción y/o contratos que manejan algunas de estas firmas de subcontratación de personal o outsourcing son bastante claros, no dejan lugar a dudas sobre cuál es su verdadera función: eludir el pago fiscal.
Una de estas firmas se presentaba con un nombre común, pero toda la relación se hacía siempre a nombre de uno de sus directivos, así que tampoco era muy clara su situación legal. Hasta hace unos meses se presentaba ante sus posibles clientes con los siguientes argumentos (el subrayado es de esta reportera):
“Reingeniería Fiscal (así dice llamarse la empresa de outsourcing) se dedica a la asesoría fiscal y jurídica, necesarias para optimizar los costos indirectos de las empresas (…)
“Nos dedicamos a la aplicación de mecanismos legales que permiten disminuir el importe de los impuestos derivados de la nómina (…)
“Al contratar este servicio, los empleados que la empresa seleccione, se convierten en nuestros socios, por lo que el pago de los impuestos relacionados con su salario se vuelve casi nulo. La empresa recibe de nuestra parte, facturas por el pago de prestación de servicios, equivalentes a la nómina liquidada, más la comisión que nos corresponda.
“La empresa contratante puede optar por que sus trabajadores (o aquellos que seleccione) continúen inscritos en el IMSS o INFONAVIT, en cuyo caso, nosotros procedemos a su inscripción, en el régimen que nos corresponde.
“El primer beneficio directo e inmediato que se obtiene al contratar nuestros servicios, es que la nómina y el pago de prestaciones (aguinaldos, primas vacacionales, reparto de utilidades, en su caso), se vuelve íntegramente deducible del Impuesto Sobre la Renta (ISR), toda vez que contará con las facturas antes indicadas (que cubren el importe de las nóminas liquidadas más el importe de nuestra comisión), con el beneficio adicional de que el IVA de las mismas se acredita a favor de la empresa, por ser un impuesto traslativo.
“Otra ventaja para nuestros clientes es que la relación obrero-patronal, deja de existir, al transformarse en socios nuestros los antes empleados de la empresa, por lo que cualquier demanda laboral es de nuestra responsabilidad, pudiendo el cliente dar de baja al personal que no le convenga, sin consecuencias legales”.
Además, esta firma de subcontratación hacía un ejercicio de los pagos actuales y los ahorros que tendría una empresa si opta por el outsourcing, que en suma es no pagar los impuestos ya señalados.
Este procedimiento es uno de los tantos factores que han propiciado que el Seguro Social se debilite en los últimos años, y se calcula que por la simulación de contratar personal la pérdida de ingresos ha sido cercana a los 4 mil millones de pesos.
Durante 2008 los diputados federales aprobaron una reforma a la ley de Seguro Social, que garantizaba que tanto las empresas que contrataban a la outsourcing como ésta tuvieran responsabilidad si no hacían la inscripción al IMSS; al SAR y demás, de esta forma se evitaba la trampa.
Pero al pasarse al Senado se quedó en la congeladora buena parte de 2008, y los organismos empresariales aprovecharon para cabildear con tal de no quedar sujetas a responsabilidad ni sanciones las empresas contratantes, sino sólo las outsourcing, y en esto “ayudó” el Secretario del Trabajo, Javier Lozano.
No fue sino hasta la última semana de abril de este año (en el maratón legislativo durante la contingencia sanitaria por la influenza) cuando los senadores dieron salida a la reforma a la Ley, pero con algunos cambios a lo aprobado por los diputados.
Según nos explicaron unos abogados, la ley ahora estipula que es obligación del IMSS si hay irregularidades, investigar y comprobar a las subcontratistas, en caso de que “no localicen” a la empresa ni a sus dueños o directivos entonces se irá contra quienes los contrataron.
Así que para hacer cumplir la ley pasará algo de tiempo, y sobre todo que el IMSS pondrá sus propios recursos, mientras las empresas originales ni se preocuparán ni sufrirán, tendrán el tiempo suficiente para seguir escamoteando los ingresos del Seguro Social y también a los trabajadores.
Esta situación podría estarse reforzando actualmente en algunas empresas so pretexto de la crisis, máxime que algunos sindicatos o trabajadores en lo individual han aceptado el cambio de las condiciones laborales y les presentan un nuevo contrato, o cuando los despiden pero los recontratan bajo otros términos. Y sin que se den cuenta que ya no son “subordinados” de las empresas donde trabajan, sino que ahora son “cooperativistas” o “socios” de otros.
Por eso también ahora los empresarios argumentan que es “preferible” gravar el consumo y no la producción; que el IVA se cargue a los consumidores, y se reduzca el ISR y el IETU. Claro, si ya no tienen subordinados, pues tampoco quieren impuestos de nómina.
Y en esto tiene mucho que ver el gobierno federal, que ha buscado por todos los medios que sean los propios organismos empresariales los que “pidan” se modifique el IVA.
Ya veremos qué pasa a partir de septiembre cuando entre la nueva Cámara y por consiguiente tenga que discutir el presupuesto de 2010 y la miscelánea o reforma fiscal.
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