Por Jesús Manuel Hernández
Para muchos observadores y analistas políticos de México y del extranjero el proceso electoral del país pasa por un escenario peligroso respecto al respeto del voto y la posibilidad de que un fraude electoral se pueda cometer para impedir que Andrés Manuel López Obrador obtenga el triunfo.
Porfirio Muñoz Ledo lo advirtió hace unas semanas, el mismo candidato presidencial ha insistido en la gestación de un fraude gigantesco.
Empresarios y líderes sociales han empezado a reflexionar sobre el verdadero peligro que se avecina el 2 de julio, si la diferencia de votos entre el ganador y el segundo lugar es muy cerrada, los resultados serán cuestionados. Sólo el presidente del PRI anuncia como merolico que Pepe Meade ganará por un 40 por ciento, pero ninguna encuesta seria le da la razón.
De ahí que los promotores de MORENA se hayan dado a la tarea de acercarse a los sectores donde no se ha extinguido la duda o el temor de que López Obrador sea Presidente de México.
Una de las principales estrategias de Andrés Manuel se ha basado en romper con el círculo cerrado de sus embajadores y su propuesta de sumar a los enemigos del pasado a su proyecto le va dando resultados, aunque en algunos casos la confrontación y una postura antagónica también, se han despertado.
La llegada de Germán Martínez Cázares ha dejado un profundo hueco en las filas panistas y calderonistas. Pero la suma de Napoleón Gómez ha recibido más connotaciones negativas que positivas, eso ha puesto entredicho la propuesta de López Obrador a quien empiezan a crecerle las críticas internas.
Una aportación más que le ha minado al interior y al exterior es el anuncio de la “constitución moral, un tema que los juristas y los pensadores critican severamente. Mauro González Luna, ex diputado y conocido por sus análisis jurídicos, resume así la propuesta de López Obrador: “la redención del espíritu humano es materia ajena a la política, pertenece a otro orden, al de la trascendencia, al de la religión”. Y de ahí que se hayan desatado los demonios nuevamente.
La mezcla de religión y política parece que no ha caído bien a los seguidores de MORENA, y aquí surge nuevamente la incógnita de las pasadas elecciones donde Andrés Manuel fue derrotado, pareciera que cuando ya tiene todo para ganar, cuando ha sumado a todos y ofertado el mejor discurso para los mexicanos, comete errores gravísimos, que hacen pensar que su verdadero papel no es ganar sino sólo competir y convertirse en un referente moral de la política.
En el caso de Puebla se ha visto con cierta preocupación la llegada de políticos formados en el viejo estilo del PRI y con lo que arrastran y cargan en sus espaldas, por cierto, muchos de ellos ligados al círculo que rodeó a Manuel Bartlett cuando fue gobernador de Puebla. Las listas de aspirantes a diputados no acabaron de convencer a todos y son una muestra de un mosaico multicolor, un tanto amorfo, alejado de la congruencia que todos esperaban que MORENA tuviera en Puebla.
La gota que puede derramar el vaso tal vez sea la Presidencia Municipal de Puebla, donde a MORENA le urge definir candidata ganadora que sume votos a la contienda estatal y presidencial, pero pareciera que mientras por un lado se mandan mensajes de triunfo, por el otro las señales indican que no quisieran ganar en Puebla.
O por lo menos, así me lo parece.
