Otra de las muchas paradojas que envuelven al cada vez más surrealista Puebla de la Franja, tiene que ver con la siempre polémica contratación de patrocinios.
Sin duda, se trata de un asunto que desde hace años genera una constante sombra de sospecha que ha oscurecido la relación de la familia Bernat con quienes se han atrevido a ser sus socios en esto del fútbol.
Y es que, a pesar de que en lo deportivo el equipo es ya uno de los cuatro más importantes del país, las pugnas entre directivos podrían ahuyentar a los principales patrocinadores actuales y obligarlos a no renovar sus contratos de publicidad.
Ni hablar por supuesto de la posibilidad de atraer otros anunciantes en este contexto.
Por ejemplo, el caso de Volkswagen.
Se trata sin duda del eterno patrocinador incondicional del equipo, el que está ahí en las buenas y en las malas, pero el que a la vez está ya muy amañado por años y años de sospechosas relaciones y tratos en lo oscurito con la familia Bernat, hasta hace muy poco parte de su red de concesionarios.
La armadora alemana se ha mostrado hasta ahora reacia a renovar sus contratos con La Franja por la incertidumbre que existe en torno al manejo administrativo del club, temporalmente en manos de Henaine.
De no resolverse pronto el conflicto, la empresa más importante del estado, símbolo de Puebla en todo el mundo, podría retirar su logotipo de la camiseta.
Lo mismo sucedería con una de las firmas más prestigiadas del país en el ramo de los lácteos: LALA, entusiasta impulsor del equipo local, quien no hace sino darle largas a los directivos poblanos para no establecer ya contactos serios que les permitan retomar los compromisos pactados y ver a futuro.
En la misma situación se encuentran Clemente Jaques, IDN y Diversity Capital y hasta la local Estrella Roja y su monumental autobús.
Los únicos que hasta el momento le han refrendado su confianza al equipo y que estarán ahí el próximo torneo, más allá del derrotero que tomen las cosas al interior de la directiva, son las empresas parte del consorcio de Ricardo Salinas Pliego: TV Azteca, propietaria de los derechos de transmisión de los juegos del Puebla como local y su filial Banco Azteca.
Nada más.
Y es que, si bien en cualquier operación de este tipo es fundamental la confianza entre patrocinador y patrocinado, en el caso particular del Puebla existen historias anteriores que justifican la precaución que están tomando estas empresas para volver a invertir en el club.
Hace apenas un año, Álvaro Flores, brazo derecho de los Bernat fue el encargado de generar una cortina de humo que, a los ojos de los demás socios del equipo, desvaneciera el manejo discrecional que se hacía de estos contratos en beneficio de los socios mayoritarios.
Flores jamás permitió que gente ligada a la famosa “chiquillada” tuviera la información necesaria para darle seguimiento a los contratos de publicidad, conocer los montos reales de las operaciones y las condiciones de las mismas.
Por eso jamás se entendió cómo, de la noche a la mañana, el logotipo de Volkswagen apareció como patrocinador principal al frente de la playera, si la cantidad de dinero reportada como patrocinio, no ameritaba tal posición.
Después se sabría que los Bernat consiguieron 5 millones de pesos de VW, pero sólo reportaron 2 millones al club.
El resto les fue entregado en automóviles para sus concesionarias.
La maniobra afectó a la empresa IDN, que había pagado el monto correspondiente al patrocinio principal y que tuvo que conformarse con ver su logotipo en la parte arriba de la camiseta y con un tamaño mucho menor.
Por eso, a pesar de los logros en lo deportivo, de que el Puebla tiene hoy una cobertura mediática nacional nunca antes vista y de que personajes como Chelís, Acosta o el Cherokee, son conocidos en cualquier rincón del país, la camiseta con la franja podría aparecer el próximo torneo limpia de patrocinios.
Con los millones de pesos que se dejarían de captar como saldo.
latempestad@statuspuebla.com.mx
