Como ya va siendo costumbre, cada año que hay elecciones –federales o locales-, un grupo de genios, integrantes de algunos Institutos Electorales estatales se dan a la tarea de regular el quehacer de las empresas que se dedican a levantar estudios de opinión pública para medir preferencias electorales. Encuestas electorales, pues.
El hecho no tiene en sí ningún problema, lo hemos dicho mucho desde aquí mismo. Todos hemos presenciado abusos de pseudo despachos que publican resultados de supuestos estudios en los que a todas luces hay datos manipulados e incluso, hasta inexistentes.
Cada proceso aparecen y desparecen empresas u organizaciones que publican falsas preferencias electorales, generalmente a petición de algún listo candidato, pues se sigue creyendo que con ello se influirá en la decisión de los electores. Vamos, creen que si aparecen en una encuesta “arriba” de otros candidatos, la gente entonces tomará la decisión de votar por ese personaje ganador.
Por supuesto, lo anterior no tiene ningún sustento científico y en la mayoría de los casos resulta falso. Pero bueno, los políticos siguen pensando que deben utilizar todas las “armas” disponibles para lograr el ansiado triunfo.
Por ello, desde un punto de vista positivo, qué bueno que el IFE y los Institutos Electorales en los Estados, ya hayan regulado la publicación de encuestas de preferencia electoral. Hubo mucha manipulación y excesos. Era necesario, pues.
Pues sí, pero de eso a que ahora pretendan casi prohibir la actividad de los que nos dedicamos al estudio de la opinión pública (sea cual sea el objetivo) hay una enorme diferencia.
En estos momentos, en algunos Estados (Sonora, San Luis Potosí, Nuevo León), los geniecillos de sus Institutos electorales están proponiendo una bola de obstáculos para la publicación de encuestas, a todas luces absurdos.
Aclaro, la regulación se dirige a la publicación de resultados de encuestas pre-electorales. Pero pronto acabarán por querer limitar el trabajo del levantamiento. Y eso es, como ya lo han expresado varios, a todas luces anticonstitucional (cada quien puede trabajar en lo que quiera, mientras no sea un delito).
En algunos Estados están pidiendo fianzas previas a la publicación, se está pidiendo que se entreguen resultados tres días antes de la publicación, se impone que un grupo de integrantes de los Institutos “revisarán” la metodología y si es “aprobada”, solo entonces podrá ser publicada. Entones resulta que los expertos son ellos.
¿Por qué no mejor se dedican a controlar a los partidos políticos, que ellos sí que violan diariamente las cada día más excesivas leyes electorales?
Por supuesto, varios encuestadores nacionales ya han protestado (Mitofsky, Parametría, Demotecnia, Buendía y Laredo y algunos más). Y ayer mismo el Presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita aceptó que intermediará con los Institutos Electorales en los Estados para que se permita la actividad de las empresas serias.
Debo aclarar que en Puebla no se ha caído en tales excesos. El Instituto Electoral del Estado siempre nos ha permitido trabajar y hay una actitud de apertura honesta hacia los que nos dedicamos a realizar encuestas políticas y de cualquier tipo.
Por nuestra parte, en 2007, los que hacemos trabajos demoscópicos desde hacía varios años en la región, nos agrupamos en la Asociación de Empresas e Instituciones de Investigación de Mercado y Opinión Pública de Oriente, A. C.
La ADEI, para abreviar.
En ella estamos sus fundadores y por lo pronto: Opina, de Rigoberto Benítez; Indicadores, de Elías Aguilar; Mercadíez, de Martín Díez; La Jornada de Oriente, con Sergio Cortés a la cabeza de su Departamento de Encuestas y el BEAP, dirigido por quien esto escribe.
Desde luego, hemos seguido trabajando. Cada quien por su lado y en conjunto. Le hacemos estudios a muchos y variados clientes: partidos, candidatos, gobiernos e Instituciones, empresas, sindicatos, Universidades, medios de comunicación. Varios de nosotros hacemos trabajos similares a clientes iguales o distintos. Coincidimos en muchos puntos en Puebla y otros Estados. Intercambiamos ideas y discutimos metodologías.
Eso sí, desde un principio, en nuestros estatutos quedaron claros los requisitos para la membresía: Años de experiencia, seriedad, infraestructura, cartera de clientes, etc.
A dos años de haber fundado nuestro gremio (formalmente, porque ya desde antes todos nos conocíamos y coincidíamos en no pocas actividades relacionadas con nuestro giro), les informamos a los ciudadanos y medios que seguimos existiendo y trabajando.
Por supuesto, nuestra membresía está abierta a aquellos que cumplan precisamente con todos los requisitos mencionados. Tenemos pláticas y solicitudes con varios interesados en pertenecer al gremio. De Puebla y otros Estados. Y seguramente pronto habrá nuevos socios.
Pero lo que sí queremos difundir es la importancia de la seriedad en los estudios de mercado y opinión pública. Por esa razón estamos ya diseñando una Norma de Calidad que deberían cumplir todos los estudios o investigaciones serias. Eso dará garantía al público para que un trabajo tenga credibilidad.
Este año electoral será trascendente para nuestro país y su joven democracia. En la ADEI queremos contribuir a que finalmente se consolide nuestra lenta y accidentada transición, con seriedad en nuestra actividad.
Muy pronto informaremos de varias actividades que tenemos ya diseñadas: Encuestas sindicadas (colaborando todos los socios), un Concurso de Ensayo o Investigación Política Juvenil, un ciclo de Conferencias con personajes de relieve nacional, un Curso sobre Estudios de Opinión Cuantitativos y Cualitativos para público en general, la publicación de un libro o revista especializada, la ya mencionada Norma de Calidad ADEI y más.
Seguirán teniendo noticias nuestras.
Por lo pronto, el proceso electoral ya comenzó y estará usted viendo muchos trabajos de todos nosotros. Suerte a todos.
