Por Rodolfo Rivera Pacheco
Los escenarios para la elección presidencial del 2018 aún son variables y cada día hay más factores qué analizar. Hoy más que nunca hay que fabricar y recomponer esos escenarios. Pero lo que no cambia es que el Partido Acción Nacional se debate en un dilema del que depende que gane o no gane esa elección. Y desde luego tiene que ver con quién será su candidato (a).
Porque en las última semanas es evidente que Rafael Moreno Valle se ha dedicado a trabajar incansablemente en mejorar su pobre posicionamiento ante la opinión pública nacional. Sus estrategas y él mismo no entienden que una cosa es Puebla, donde tiene su lógico mejor mercado de simpatizantes –aunque en el último año ha crecido enormemente el grupo que lo rechaza- y otra cosa es el resto de la República, donde no solo no es conocido (sí, ya lo conoce un poco más de gente) sino que los que los conocen, simplemente no les agrada. Neta, sus auditorios son llenos pero de acarreados.
Pero bueno. Supongamos –en esta fabricación de escenarios obligatoria- que efectivamente se llegara a dar a conocer lo suficiente con toda la bola de estrategias que está llevando a cabo, desde la promoción de su imagen en revistas en todo el país (ya aparece también en la revista Esquire de este mes, que no es poca cosa… ¿cuánto costará a los poblanos esa publicidad?), hasta sus giras imparables en todos los Estados con sus “conferencias de gobierno exitoso”, pero en las que jamás habla de la brutal inseguridad pública en la que nos tiene sumergidos a los que vivimos en Puebla.
Cuando no es en revistas es en eventos de la Conago o en la insufrible y a la que nadie pela ya “Ciudad de las Ideas”. El caso es que Moreno Valle anda desatado queriendo crecer en conocimiento de los mexicanos.
Órale pues, supongamos que sí crece. El problema no es ese.
El problema es que para la enorme mayoría de mexicanos y obviamente para los panistas, la mejor posicionada en las encuestas y la única que puede ganarle a López Obrador y al PRI se llama Margarita Zavala. Y ésta ni se ha despeinado haciendo promoción. Al contrario, su estrategia ha sido de reserva y solo con eso es la indiscutible mejor posicionada en cualquier medición seria.
Y no me salgan con la babosada de que “las encuestas no sirven para nada y no dicen nada al día de hoy”, porque justamente es en LAS ENCUESTAS en donde Moreno Valle quiere mejorar, aunque sus porristas (que se muerden la lengua proceso tras proceso con respecto a las malditas encuestas) renieguen de ello. Si Moreno Valle fuera liderando “en las encuestas”, no pararía entonces de difundirlas y sus corifeos de gritar que esos fabulosos instrumentos científicos no dicen más que la verdad.
Pero volvamos al tema original. Va, Moreno Valle crece en las encuestas. Pero entonces le faltaría controlar una elección interna en el PAN. Ahí sí que la tendrá difícil. Margarita Zavala, pero sobre todo su esposo, conocen al PAN como la palma de sus manos. Y aunque Moreno Valle quiera comprar panistas en todo el país, de por sí ya hay panistas que disfrutaron de las mieles del poder (y del presupuesto) con Calderón y quieren regresar al placer de pegarse a la ubre presupuestal. En otras palabras, Calderón tiene más argumentos con los cuales convencer a panistas militantes y simpatizantes.
Ganarle una interna panista a Margarita Zavala es un reto que se antoja inalcanzable para los morenovallistas. Conocemos también a los panistas que hoy te prometen algo y mañana te traicionan. Seguramente varios de los 11 Gobernadores panistas le prometen al poblano que se la jugarán con él, pero esa misma noche le prometen lo mismo a Anaya o a Margarita. Si por eso llegaron a donde llegaron. Prometer hasta meter… y una vez metido, a olvidar lo prometido.
Pero bueno. Órale. Supongamos que Moreno Valle logra una operación magistral al interior del PAN y con quién sabe qué estratagemas y recursos (¿apoyo de Peña Nieto? ¿dinero a raudales?) logra la candidatura panista a la Presidencia. Insisto, siempre es y ha sido una posibilidad, que aunque a muchos no (nos) agrade, puede ocurrir.
Para que eso ocurra Margarita Zavala tendría que caer de su pedestal. Y creo que a eso se van a dedicar los tenebrosos operadores de medios morenovallistas a nivel nacional. Seguramente el año entrante, antes de que venga la interna panista, se darán a conocer varios escándalos de corrupción del gobierno de Felipe Calderón, se revivirá el tema de los niños muertos en la Guardería de Sonora, se atacará a Zavala de no tener experiencia, de no saber gobernar, de querer establecer una dinastía gobernante (lo cual es otra mordida de lengua para Moreno Valle) y quién sabe cuántas cosas más.
¿Todo eso derrumbaría a Margarita Zavala en una interna panista? Probablemente. Los golpes tendrían que ser muy certeros. Como lo fueron con el chamaco Anaya, quien aún sigue rumiando su venganza por haberlo exhibido en su vida viajera y obvio ya está más cerca de Margarita Zavala que de Moreno Valle.
El problema en este escenario es que el PAN sería el que sufriría las consecuencias electorales.
Si Margarita Zavala no es la candidata y cae por una campaña negra, los simpatizantes del PAN a nivel nacional quedarían lo suficientemente desilusionados que NO votarían por un candidato llamado Rafael Moreno Valle. Los militantes pueden ser convencidos o comprados por el morenovallismo, pero los simpatizantes y quienes suelen salir a votar por el PAN si el candidato (a) los entusiasma o la coyuntura los saca a votar (desprestigio brutal del PRI), simplemente NO saldrían a sufragar si el candidato es Rafael Moreno Valle, a quien rechazan y más si logra la candidatura atacando a Zavala.
Esa es la verdadera aduana de Moreno Valle. Puede ser candidato del PAN, sí. Pero ante un panismo dividido, decepcionado y asqueado por haber descarrilado a su mejor candidata, que es Margarita Zavala. ¿Y qué pasaría entonces?
Uno, que los votantes panistas se dividirían irremediablemente. Porque la mayoría quedaría enojada porque Zavala de Calderón no es la candidata. Unos no saldrían a votar. Pero otros votarían CONTRA el PAN; sobre todo si Margarita Zavala cumpliera su amenaza de irse como candidata independiente si no va por Acción Nacional.
Y aquí los escenarios pueden ser varios.
Primero, que ante la división panista y Margarita yendo de independiente, gane Andrés Manuel López Obrador y aglutine el voto anti PRI.
Dos, que Margarita Zavala lograra capturar el descontento social hacia el PRI, el miedo a López Obrador y el coraje al candidato Moreno Valle del PAN y ganara como independiente. Escenario difícil, pero tiene posibilidades.
Y tres… que ante la división de la oposición, el Peje por su lado, Margarita por el suyo, Moreno Valle por el PAN y uno o dos candidatos independientes más, se dividiera tanto el voto anti PRI y el tricolor con un candidato sin cola como José Antonio Meade (bien visto tanto por priístas, panistas y círculos financieros internacionales) pueda ganar la elección presidencial. ¿Difícil? Lo que le sigue…, pero siempre posible.
¿Verdad que nada está escrito aún para 2018?
Bueno sí, el PAN en su muy difícil encrucijada. En cualquier escenario, sale dividido y en ninguno gana Moreno Valle. ¿Cambiarán las cosas?
