Por Jesús Manuel Hernández
Mientras más días pasan, mientras más acciones se frustran, y más encuestas privadas aparecen entre el mundo del marketing político, todo apunta a que el proyecto de Rafael Moreno Valle para conseguir la candidatura a la presidencia del país en las filas de Acción Nacional, se va truncando, se va tropezando, se va arrinconando entre la espada y la pared con el calificativo de “fallido”.
Algo, mucho, o todo, ha fallado en la intentona. Las enormes inversiones en propaganda personal, el uso de estructuras del partido a su conveniencia, la aceptación de incluir en contratos millonarios a empresas donde destaca el capital político del PRI y del peñismo en manera concreta, sólo le han valido para estar en la terna inicial del partido, pero muy alejado del triunfo.
Entre los grupos especializados en el marketing político, la revista Campaigns&Elections, recientemente publicó la IV Encuesta Nacional de los presidenciables 2018 elaborada por Varela y Asociados que ofrece número nada despreciables para establecer la realidad en el análisis de cuántas posibilidades tiene Rafael de llegar a la meta en el primer lugar.
Dos cuadros son para reflexionar. Ante la respuesta de “le gusta para candidato del PAN a Presidente de la República” Margarita Zavala se mantiene en el liderazgo, muy cercano Ricardo Anaya y en estado de desahucio Rafael Moreno Valle.
Zavala tiene el 44 por ciento de aceptación dentro de las filas panistas y el 28 fuera de ellas; a Anaya le acepta el 43 por ciento de los panistas como su candidato y el 18 de no panistas. En ambos casos hay un fuerte posicionamiento en las filas del partido, y es notable la diferencia de 10 puntos entre Margarita y Ricardo en la aceptación fuera del PAN.
Pero los número de Rafael son al revés: entre los panistas sólo el 8 por ciento lo acepta, y el 10 por ciento de no panistas. Es decir, Rafael es el político y precandidato menos querido, más rechazado por los panistas.
Ante la cuestión de quién le gustaría para candidato del PAN a la Presidencia, Varela y Asociados resume así los números en un cuadro que arranca en el mes de mayo de 2015 y termina en octubre de 2016, 17 meses de sondeo, Zavala arrancó con el 33 por ciento de simpatizantes “duros”, en noviembre de 2015 subió a 42, luego bajó a 29 en marzo de 2016 y remontó hasta el 44 en la primer semana de octubre de este año.
Ricardo Anaya tiene un comportamiento espectacular en su alza de aceptación entre los votos duros de su partido: Inició en el 7 por ciento en mayo de 2015, se fue a 27 en noviembre de ese mismo año, subió 20 puntos en medio año; bajó 3 puntos en marzo de 2016 y volvió a subir a 43, en octubre de este año, casi dobló el número de sus seguidores a partir de marzo de este año.
En cambio Rafael Moreno Valle arrancó con 11 por ciento de aceptación en mayo de 2015, por encima de Anaya, se cayó 1 punto en noviembre del año pasado, bajó otros 3 puntos en marzo de este y apenas alcanzó subir un punto entre marzo y octubre de 2016. Son números muy contrarios a su deseo, lo perfilan sin duda como el gran perdedor de la contienda.
Tal vez con esta información se entienda la actuación urgente del morenovallismo y del zavalismo en truncar la espectacular subida de Anaya en los últimos meses, dentro y fuera de su partido.
Sin duda la mano invisible de la oligarquía política debe estar actuando en contra de Anaya, y tal vez, como dice Federico Arreola, la acción de denunciarlo por los gastos en la educación de sus hijos en Estados Unidos y sus viajes a visitarlos, en lugar de tumbarlo, acabe por fortalecerlo.
O por lo menos así me lo parece.
