Con frecuencia la rendición de cuentas se reduce solo al cumplimiento de un deber normativo o a un ejercicio rutinario. Pero la construcción de ciudadanía va mucho más allá de eso: informar de manera sólida, puntual y veraz es el camino adecuado para medir objetivamente el desarrollo real de las regiones, las ciudades, las comunidades y los individuos.