Por Alejandro Mondragón
El rector de la BUAP, Alfonso Esparza, ya asumió su papel de alcahuete de las transas cometidas en diversas instancias universitarias.
Para empezar, en el Complejo Cultural Universitario se documentaron las irregularidades del anterior director, Jonathan Palacios. La nueva titular, su Guadalupe Aguilar, como en el pasado, le entierra las anomalías.
Al exfuncionario se le encontró el negocio familiar de muebles de herrería.
La compra de propiedades a nombre de padres y hermanos.
La adquisición de coches, integrados a la flotilla de UBER Puebla.
Las camionetas.
Los departamentos en La Vista Country Club.
Otros edificios en la 11 sur.
Los préstamos en efectivo a familiares, amigos y empleados del CCU de la BUAP. Ya tienen los pagarés para proceder en su contra, pero Esparza no lo tocará.
LA PREPA CABRERA
Ooootro negocio universitario es la Prepa Enrique Cabrera Urbana, ubicada en Circunvalación en la Colonia San Manuel.
El plantel se ha convertido en un auténtica agencia de viajes. Los directivos organizaron un paseo a Puerto Vallarta y Tequila con 100 estudiantes. Fue del 17 al 22 de enero.
Sí, en plena semana de clases y regreso de vacaciones. A los alumnos los subieron en dos camiones y una camioneta de Turismo.
Aunque el 60 por ciento de los estudiantes debe materias y el restante anda peor, se llevaron a todos, porque cada uno pagó 3 mil 600 pesos, más gastos de comida.
El viaje incluyó BARRA LIBRE para los jóvenes por graduación adelantada y el 90 por ciento de los asistentes se puso hasta las chanclas de borrachos.
Ese viaje fue un desastre. Los turistas extranjeros hospedados en los hoteles donde estaba la comitiva de la BUAP levantaban a las adolescentes, quienes tenían que ser rescatadas por sus compañeros.
El director José Jaime Rogelio Sánchez desde que regresó del viaje no se ha presentado a laborar. Tampoco el secretario administrativo, Juan Fidel Pérez Espinoza.
Lo peor es que ahora piden el pago de 500 pesos por boleto para su graduación, pero cada estudiante debe adquirir 10 lugares por mesa.
Agregue usted el Sorteo BUAP, donde se obliga a los alumnos a vender 5 boletos y 10 si andan irregulares en sus materias.
Lean el oficio de permiso que firmó cada alumno al viaje a Puerto Vallarta y Tequila, así como los nombres de los irresponsables de la BUAP.
