 Desde finales de septiembre los hombres de negocios y el público en general recibimos una ducha de agua fría: el crecimiento de la economía, de por sí magro, estaba comprometido en niveles bajos, se fortaleció la expectativa de que pudiera desaparecer.
Desde finales de septiembre los hombres de negocios y el público en general recibimos una ducha de agua fría: el crecimiento de la economía, de por sí magro, estaba comprometido en niveles bajos, se fortaleció la expectativa de que pudiera desaparecer.

 
 
                 
        