Por: Rodolfo Rivera Pacheco
Por increíble que parezca, nuevamente y por tercera ocasión en tres lustros, todo lo que está ocurriendo en la política mexicana tiene un común denominador y se llama Andrés Manuel López Obrador.
El tabasqueño vuelve a ser el leitmotiv de este drama político mexicano. Con todo lo que ha ocurrido y aún con desgastarse por dos ocasiones en una elección presidencial, ante los yerros, excesos y escándalos de los demás partidos, López Obrador se vuelve a erigir como una tercera vía para un electorado harto de las opciones tradicionales que abusaron del aguante del pueblo mexicano.
Hoy El Peje, con todo y su desgaste y edad… nuevamente está arriba de todos los demás precandidatos de cualquier partido en cualquier medición demoscópica de preferencias pre electorales. Lo decíamos hace meses… “ahí viene El Peje” y nuevamente está aquí.
Por ello, es evidente que todas las decisiones, destapes o movimientos de los partidos con respecto a la elección presidencial de 2018, llevan como variable fundamental el posicionamiento del tabasqueño. Y más aún, hasta lo que está ocurriendo en Puebla con miras a la elección de 2016… también tiene su motivación esencial en la existencia del factor AMLO.
Hasta hace un poco más de un año, los planes para la candidatura de Rafael Moreno Valle a la Presidencia de la República marchaban sin contratiempo. En el PAN nadie despegaba nacionalmente, el Gobernador poblano comenzaba a controlar la estructura del partido, apoyaba a futuros incondicionales en cargos de elección popular y en Puebla todo marchaba en orden. Era querido y respetado por poblanos y por dirigentes panistas de todo el país. Todo iba viento en popa.
Hoy, Andrés Manuel López Obrador es el puntero en cualquier encuesta nacional. Margarita Zavala es la puntera indiscutible en el PAN y la única que puede pelear al mismo nivel del Peje. En el PAN la esposa del ex Presidente Calderón es querida y respetada. Por el contrario, Moreno Valle ha perdido en unos meses el liderazgo que tenía en el PAN. El dirigente nacional Ricardo Anaya lo ha traicionado y prácticamente lo ignoró en el último Consejo Nacional, porque también tiene planes propios. Y en Puebla ha sido un año muy difícil para el gobierno del Estado, crece la oposición en su contra y ha tenido que recurrir a medidas populistas desesperadas para recuperar posicionamiento y confianza.
Y en el PRI ocurren cosas similares.
Ningún precandidato tricolor podría hoy ganarle claramente a López Obrador. Los “delfines” del Presidente no entusiasman a nadie. Peña Nieto sigue reprobado por la ciudadanía. Y si hoy fueran las elecciones, prevalecería el voto de castigo contra el PRI y cualquiera que sea su candidato. Hoy gana el Peje. Punto.
¿Y todo esto qué tiene que ver con Puebla?
Bueno, en primer lugar la afectación que han tenido los planes presidenciales de Rafael Moreno Valle. Nunca pudo despegar en simpatías en todo el país, como ya hemos escrito aquí mismo. Entonces… lo que queda es conservar Puebla y esperar mejores tiempos. Quizás 2024, aún no se sabe.
Y todas las evidencias apuntan a que el poblano sí trae un buen pacto con el gobierno de Peña Nieto. Negarlo es querer tapar el sol con un dedo. Todos los funcionarios federales lo protegen y hasta lo promueven. No, aquí hay algo que aunque no lo sepamos, es claro.
El Presidente Peña Nieto necesita aliados contra López Obrador. Sabe que si el tabasqueño gana, lo primero que haría para ganar legitimidad nacional y mundial, sería iniciarle un proceso penal a él y a muchos de sus colaboradores y… aliados. De usted por hecho que así ocurriría si el Peje llega a Los Pinos. La venganza podría llegar hasta… Puebla.
De ahí que la especie de que Peña Nieto trabó un pacto con Moreno Valle cobre sentido. Al parecer, la negociación es: Yo te apoyo contra López Obrador pero tú me apoyas en Puebla.
Y esto último no necesariamente significa que el morenovallismo gane la elección de 2016. El compromiso presidencial puede ser solamente respetar posiciones, negocios y cuentas públicas. En este escenario ganaría quien fuera candidato del PRI y se sacrificaría a Gali. Peña Nieto da un golpe de poder y gana el PRI porque sería el preámbulo para que en 2018 se conserve la plaza y votos necesarios. Difícil, viendo cómo se está promoviendo al Alcalde poblano por parte del Gobernador.
El otro escenario es apoyo desde Puebla contra López Obrador. No hay candidatura presidencial en 2018 (viendo que puede perder, se esperarían mejores tiempos hasta 2024) y se apoya al PRI, pero se respeta para el morenovallismo el mini Gobernador que aprobará cuentas públicas y no perseguirá al ex Jefe. Gana Gali y se sacrifica al candidato priísta sea quien fuere. En 2018 gana el PRI en Puebla y se apoya la candidatura presidencial contra el Peje.
Probable, viendo que en el PRI no definen candidato y desde la federación no tocan jamás a Moreno Valle. La elección sería muy parecida a la de 2013, cuando supuestamente se lanzó a Agüera para ganar, pero nunca hubo apoyos reales desde la federación y el Delegado Moreno Peña nomás vino a fingir que peleaba con el Gobernador cuando en realidad eran buenos amigos. Lo sé, lo saben, lo sabemos.
Mi única duda en este escenario es si el que fuera candidato (a) del PRI aceptará ser solamente una comparsa que se dejará ganar desde el principio, sabiendo que aquí terminaría su carrera política. ¿O no? ¿Su premio de consolación sería un cargo federal por el sacrificio? ¿Qué opinarán los priístas, que como en tiempos de Agüera candidato, nomás fueron utilizados de carne de cañón, mientras en las altas esferas todo estaba ya negociado?
O, finalmente. Habrá un enfrentamiento directo entre el morenovallismo contra el PRI. El candidato Gali irá con todo contra Blanca Alcalá o Enrique Dóger y quien haga mejor campaña ganará la elección. Y los acuerdos contra AMLO se respetan a nivel nacional. Gane quien gane respeta a Moreno Valle y éste apoya a Peña Nieto en su cruzada antilopezobradorista ya sea no siendo candidato o bien siendo él abanderado por parte del Verde Ecologista y Nueva Alianza, fragmentando el voto de la oposición y robándole votos a Margarita Zavala.
Pufff. Demasiadas combinaciones ¿no?
Carambas. Todo lo que mueve el Peje.
Hasta nuestra maldita imaginación.