Por: Socorro López Espinosa
El salario mínimo dejó de ser referencia para calcular multas, créditos o hasta el financiamiento a partidos políticos, falta ver si realmente gobierno y empresarios están dispuestos a que los mexicanos recuperen su poder de compra.
Los bajos salarios que se pagan en México han sido vistos como una “ventaja” para competir; así se manejó desde que se optó por abrir las puertas al intercambio comercial en la década de los ochenta en el siglo pasado, y sobre todo cuando se negoció el Tratado de Libre Comercio.
Está visto que el salario mínimo no alcanza para cubrir la canasta básica.
Especialistas señalan que en los últimos 25 años, el salario mínimo perdió el 76.3 por ciento del poder adquisitivo.
Actualmente se paga 70.10 pesos al día, es decir 2 mil 103 pesos al mes.
La propuesta es que se establezca un salario de 82.86 pesos diarios, o 2 mil 485.80 pesos al mes, que permitiría cubrir la canasta básica para las familias que dependen de este tipo de ingreso.
El tema no es solo que se haya desindexado el mínimo, sino la forma como se calculará su incremento anual y el monto que se aprobará, si será en el mismo porcentaje que suba la inflación general del país o será de acuerdo a la inflación que registre la canasta básica.
También falta ver si el aumento que se autorice al mínimo servirá como referente (tope) para negociar los salarios contractuales, lo que ha sido la tónica de los últimos años.
Lo ideal sería que los salarios mínimos o los contractuales fueran suficientes para cubrir las necesidades de las familias mexicanas, que respondieran al tipo de trabajo que se desempeña.
Entre las “ventajas” competitivas que se le han visto a México durante años son los bajos salarios que se pagan, y esta situación no cambiará de la noche a la mañana.
Difícilmente buen parte del sector empresarial estará dispuesto a cubrir salarios reales; aunque también es cierto que en varios sectores productivos falta capacitación de la mano de obra y que ésta sea realmente productiva.
Una vez que la Cámara de Diputados aprobó desindexar el salario, ahora corresponde a los Congresos estatales discutir y aprobar dicho dictamen para que se reforme la Constitución mexicana y de inmediato entre en vigor esta norma.
En diciembre próximo la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) definirá en cuánto aumentará el salario mínimo que regirá a partir del 1 de enero de 2016.
Si bien se requiere que por lo menos 16 estados voten a favor para que se cambie la Constitución, esto no necesariamente ocurrirá antes que concluya el presente año, puede darse en el primer trimestre de 2016.
Es decir, no necesariamente el salario tendría que aumentar 10 pesos de un solo golpe, sino que podría ser gradual a lo largo del año entrante, para que de 70.10 alcance realmente los 82.86 pesos que se proponen.
Aumentar el salario no es la única forma para recuperar la capacidad de compra de los mexicanos, sino también depende del buen desempeño de la economía, que se generen empleos y de calidad, que se cubran las prestaciones de ley, que las oportunidades sean iguales para hombres y mujeres, que se paguen iguales salarios por igual trabajo desempeñado, al tiempo que mejore el nivel de productividad.
La desindexación del mínimo es el primer paso, no el único ni el último para recuperar la capacidad de compra de los mexicanos.