Por Shanik David
Trabajadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Buap) que se han solidarizado con el movimiento de jubilados que exige la equiparación del aumento salarial, han sido objeto de hostigamiento laboral por parte de las autoridades universitarias.
En particular son los integrantes del Movimiento de Trabajadores Administrativos y Sindicalizados (MTAS) quienes han sido agredidos de esta manera, con visitas constantes de la Contraloría universitaria a sus áreas de trabajo.
El caso más reciente fue el de José Guadalupe Romero, líder del MTAS, quien fue citado a la oficina de la abogada general, sólo por haber acudido a la reunión que se había programado entre los jubilados y el rector Alfonso Esparza, el pasado 28 de agosto.
El trabajador describió que, dado que el citatorio para la reunión se dio el jueves a las 8 de la noche, no tuvo tiempo para hacer la gestión para solicitar con anticipación un permiso, por lo que el viernes llegó temprano a la preparatoria Benito Juárez, donde labora, para hablar con el director.
Sin embargo, el responsable de la preparatoria llegó a las instalaciones a las 11:30 del día, y cuando el empleado le pidió el permiso para ausentarse, éste le dijo que no podía irse pues se tenía programada una visita de personal de la Contraloría.
José Guadalupe Romero esperó hasta poco antes de la 1 de la tarde sin que los funcionarios llegaran a la revisión, por lo que le informó al director que se tenía que ir y que él asumiría las consecuencias que resultaran de su decisión.
El trabajador aseguró que la negativa del director se debió a que ya le habían “dado línea”, pues sabían que el permiso era para acudir a la cita; por una ausencia de este tipo, lo único a lo que se puede llegar es una falta y un descuento, señaló.
Para el martes por la tarde, llegaron a su lugar de trabajo representantes de la abogada general, Rosa Isela Ávalos, con un citatorio para que se presentara ante ella pues era acreedor de “una responsabilidad laboral”.
José Romero se negó a recibir el citatorio, pues no había incurrido en falta alguna para recibir algún tipo de sanción; después de que checó su salida de ese día, su tarjeta de ingreso desapareció de las instalaciones de la preparatoria.
“Sé cómo se las juegan, seguro va aparecer mi tarjeta y va a tener checado que llegué el viernes y me salí, pero por lo mismo de que me iba a ir no chequé ese día”, puntualizó el líder de trabajadores.
A manera de protección, ante la situación que ha vivido, indicó que tiene fotografías y copias de su tarjeta de ingreso tal y como estaba originalmente, sin el chequeo del viernes 28 de agosto.
“Esto es una forma de intimidación laboral que me quieren hacer” comentó Romero, al momento de asegurar que no hay sustento legal para algún tipo de sanción en su contra, por lo que a pesar del citatorio y la persecución de la que ha sido víctima no dejara de apoyar a los jubilados así como a otros sectores de la universidad.