Por un lado, Gustavo Madero aún cree que Ricardo Anaya será el líder panista que podrá mangonear e imponerle su estructura para mantener el control de la burocracia partidista.
Del otro lado, Rafael Moreno Valle encuentra en Anaya la opción nacional joven para la dirigencia.
El secretario de Comunicaciones del PAN, Marcelo García Almaguer, produjo y grabó 80 videos de apoyo a 80 diferentes candidatos del PAN en igual número de distritos, donde el personaje central es Ricardo Anaya.
Aunque la lealtad de Ricardo pronto se decantará (en una de esas ignora a los dos bandos y se mantiene como el líder imparcial de la contienda presidencial 2018), ya existe mes para la elección del nuevo dirigente: julio.
Anaya recorre el país, se reúne con las estructuras, recibe respaldo de los candidatos en sus mítines. Se placea con singular alegría.
Este fin de semana tocó turno a Puebla, donde Anaya se paseó con la nomenclatura morenovallista. Excluyó al dirigente estatal, Rafael Micalco y evitó a los panistas tradicionales. Ricardo pertenece al rebaño de Casa Puebla.
Y es que un mes después de la contienda federal se dará quizá el último acuerdo entre Madero y Moreno Valle: Ricardo Anaya a la presidencia nacional.
Un descuido interno podría ser costoso, porque abriría las puertas a la posible llegada de Margarita Zavala y, con ello, la recomposición del calderonismo.
Madero y Moreno Valle van con Anaya. El gobernador con un grupo de 80 candidatos a diputados federales en todo el país, alianzas con los abanderados azules en Baja California (aunque Kiko Vega, el gobernador, es incondicional de Felipe Calderón), Sonora con Javier Gándara en asociación con el góber Guillermo Padres, la dupla del poblano para generar contrapesos internos al maderismo.
Los operadores de Puebla en Sonora son Humberto Aguilar Coronado, Miguel Ángel de la Rosa y la firma Botón Rojo.
Otra alianza de coyuntura se da en Querétaro con Pancho Domínguez, otro personaje hechura del calderonismo. El operador poblano en ese equipo es Alejandro Cortés Carrasco, personaje muy cercano a Casa Puebla.
Nuevo León está perdido con Felipe de Jesús Cantú, plaza sacrificada ante el primer roce entre aquellos que buscan Los Pinos. La deslealtad de Margarita Arellanes le quitó al PAN la posibilidad de recuperar el estado.
Michoacán es un lugar idóneo para no descuidar la alianza con la izquierda y se juega la carta de Silvano Aureoles, candidato del PRD. Ahí el operador de Puebla en el equipo del perredista es el ex priista, Víctor Hugo Islas.
En San Luis Potosí, donde hay posibilidades de que gane el PAN con Sonia Mendoza, no se ha dejado entrar a los poblanos, excepto a aquellos ligados a Felipe Calderón.
Colima con el ridículo con Jorge Luis Preciado es la única carta auténticamente maderista.
Madero y Moreno Valle adelantan para julio la elección, porque no quieren que ningún otro gobernador electo meta mano en el proceso interno.
Se pretende evitar cualquier espacio para el calderonismo con Margarita Zavala.
En el PAN nadie duda que Anaya será el sucesor de Madero, quien tiene la estructura interna panista, sumada al dinero y la inteligencia del morenovallismo.
La duda radica en qué momento, después de julio, Anaya se desmarca de uno o de los dos.
