Pero Jalisco está lejos de Puebla y la visita del gobernador encierra poco misterio electoral y mucha lógica de partido. Salvo para algunos enterados, Moreno Valle no es un personaje de relevancia nacional por lo que, para el votante promedio en Jalisco, la visita del gobernador de Puebla a Jalisco es intrascendente. Su tour jaliciense se da en el marco de las campañas para la elección del 7 de junio, aunque su objetivo es la elección de un nuevo líder de Acción Nacional. Su actividad no debe encuadrarse tampoco en el lejano 2018, sino en Agosto/Septiembre próximo, cuando se renovará el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, porque esa es la elección más importante para Moreno Valle en los próximos meses.
Viejo lobo de mar, el gobernador sabe que la guerra se gana venciendo en las batallas, y la próxima aduana en importancia es la dirigencia del PAN. En el Congreso tendrá alfiles (en mayor o menor medida), por lo que la elección de junio es casi historia y su mira está puesta en Acción Nacional. En ese objetivo no va solo: aunque muchos analistas dan por sentada desde ya la ruptura entre Madero y Moreno Valle, ésta no se dará sino después de que Anaya sea ungido líder nacional del PAN. Por eso, Madero, Moreno Valle y el propio Anaya están aprovechando las campañas para aceitar la maquinaria partidista a favor de este último. Los tres están dispuestos a aplastar cualquier intento de insumisión que no esté de acuerdo con la llegada de Anaya a la dirigencia de la derecha.
Dos son las razones del pacto de no agresión Moreno-Madero: Moreno Valle y Madero necesitan a Anaya para sus intereses particulares y, por otra parte, ninguno quiere a Margarita Zavala como presidenta del CEN del PAN. Anaya es el alfil de Moreno Valle que le asegura una elección de candidato a presidente con dos características: un padrón panista a modo y una posible coalición con el PRD en 2018. Para Madero, Anaya significa asegurar la coordinación de diputados del PAN.
Moreno Valle y Madero no han roto porque no adelantarán la carrera presidencial. Necesitan asegurar que solo ellos son opciones reales y luego se batirán a duelo. El ganador de una pelea adelantada es el grupo de Calderón. Moreno Valle y Madero han excluido y ridiculizado al panismo de Calderón, como para revivirlo en el momento menos afortunado. Pelear ahora significaría fortalecer al grupo del presidente. Negociarán con él, pero una vez que su posición en el tablero panista sea dispar.
En este enredo, el príncipe termina siendo el queretano. Anaya está nadando entre tiburones y parece que a nadie molesta. Moreno Valle y Madero no están criando cuervos. En todo caso, han encontrado un aliado. Tal vez termine siendo el fiel de la balanza en un partido que necesita un líder de largo aliento. Anaya puede serlo. A todos los grupos convence (será por su inocencia casi tierna, pero siniestra). Anaya puede crecer y ser artífice de un nuevo PAN; todo es cuestión de que los tiburones no lo devoren. Madero y Moreno Valle resistirán su ansia carnívora. La batalla puede esperar.