En este contexto, desde Casa Puebla existe especial atención en el desarrollo de los procesos de renovación de las gubernaturas de Baja California Sur, Sonora y Querétaro, proyectos que han contado con el apoyo incondicional del mandatario estatal.
Con los abanderados panistas en estas entidades federativas se han alcanzado acuerdos de recíproca colaboración, que pudieran generar beneficios mutuos de enorme magnitud.
En la lógica de buscar alcanzar la candidatura presidencial, el tener como auténticos incondicionales a tres potenciales gobernadores, en quienes descansarán buena parte de los nuevos liderazgos al interior, se vuelve de vital importancia.
Lo mismo se aplica en la primera coyuntura que Moreno Valle tendrá que sortear con éxito y que pasa por la renovación de la presidencia del CEN del partido, en donde se busca que al cargo llegue Ricardo Anaya, antes del 1 de septiembre próximo.
Si ambos escenarios se cumplen, o si por lo menos se ganan 2 de los 3 estados, se estarían poniendo bases sólidas para cimentar con fuerza el ancla del proyecto transexenal.
En el primer caso, las encuestas recientes ponen al candidato panista, Carlos Mendoza Davis, al frente de las preferencias electorales por cerca de 13 puntos porcentuales por arriba de Ricardo Barroso Agramont, abanderado de la coalición que forman PRI, PVEM y Nueva Alianza.
Una auténtica tragedia tendría que suceder para que el blanquiazul no gane la elección.
A pesar de que recientemente se dio a conocer en medios nacionales un audio en donde Mendoza Davis y el candidato en Querétaro, Francisco Domínguez hablaban de recibir “apoyos” para sus campañas del orden de los seis millones de pesos mensuales, la diferencia parece ya muy difícil de remontar.
Mendoza Davis cuenta con todo el apoyo de la operación que desde el gobierno de Baja California Sur (BCS), con Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor, cuya gestión es bien vista por la mayoría de habitantes de ese estado, de acuerdo a sondeos.
En Querétaro, precisamente, “Pancho” Domínguez Servién se encuentra en virtual empate técnico en su lucha por la gubernatura.
La mayoría de las encuestas lo ubican apenas abajo del priista Roberto Loyola Vera -la más pesimista le da 4 puntos porcentuales de desventaja- quien cuenta con todo el apoyo del gobernador José Calzada Rovirosa.
Para Calzada es fundamental que el candidato de su partido gane, ya que se siente con los tamaños para ser considerado por el PRI como un posible tirador a la candidatura presidencial en el 2018.
Sonora representa uno de los estados considerados como auténticas “joyas” en la coyuntura del proceso electoral de este año.
Ahí, los intereses del gobernador de Puebla están en el triunfo de Javier Gándara Magaña, quien de acuerdo a encuestas lleva una ventaja de hasta 12 puntos porcentuales con respecto a Claudia Pavlovich, candidata de la alianza PRI-PVEM-PANAL.
Apenas ayer, medios nacionales publicaron información referente a las propiedades de Gándara Magaña en el extranjero —117 millones de pesos en inversiones inmobiliarias en las zonas más exclusivas de California y Arizona—.
El gobernador Guillermo Padrés busca a toda costa que su estado siga pintado de azul el próximo sexenio, ya que su disputa real es con el actual diputado federal priista, Manlio Fabio Beltrones quien ya gobernó ese estado y busca regresar a gozar de los enormes niveles de influencia que ha tenido con los gobiernos del tricolor.
Al parecer, Padrés y Moreno Valle traen acuerdos importantes en términos de las próximas coyunturas al interior del PAN y no es difícil que de manera temporal pudieran cerrar filas en aras de la conformación de un frente anti-maderista.
Como ve, más que cómo quede el reparto de los 16 distritos federales en Puebla, los operadores morenovallistas trabajan y están más pendientes de lo que suceda en BCS, Querétaro y Sonora.
El “proyecto” antes que nada —¿recuerda?
