El líder panista Germán Martínez, vino a Puebla a dejar clara cual es la posición del CEN y la del Presidente Felipe Calderón: No tienen candidato para el 2010, es primero el 2009 y no descartan designarlo directamente -en términos estatutarios- en aras de la cacareada pero por el momento inexistente unidad blanquiazul.
El sábado del supuesto Informe –que nadie de los participantes respetó, sino que usaron el evento para dar cansados discursos políticos contra el PRI- , Martínez Cázares desayunó en casa del Tigre Aguilar Coronado y comió con los expriístas Rafael Moreno Valle y Javier Lozano Alarcón; su presencia “fortaleció” a la dirigencia y sus comentarios en corto satisfacían a personajes como Jorge Ocejo, mientras daba alguna repercusión al repudio de la Subsecretaria de Gobernación, que de otra manera habría pasado como si se hubiese ausentado para ir al baño.
Todos pueden decir y ufanarse en lo personal que el Jefe Nacional les dio la razón… pero en realidad lo único claro es que al candidato en Puebla -de una u otra manera- lo va a designar el CEN, es decir, Felipe Calderón, y el nominado será quien pueda aglutinar a un panismo venido a menos por las recurrentes derrotas, que de acuerdo a la información disponible, no parece se vayan a revertir en el 2009 (mañana, por cierto, les presento la última encuesta del BEAP sobre preferencias partidistas para Diputados…).
El Presidente Calderón y Germán Martínez no han mostrado sus cartas. Están dejando que las fuerzas locales muestren sus debilidades y si las tienen, también sus fortalezas, para sólo después de eso sacar de la chistera a su candidato.
El candidato (a) del Presidente no debe dejar duda en cuanto a su capacidad de conducir al PAN a la victoria, ni de su acendrado panismo, ni de su experiencia de gobierno, ni de su capacidad de lidiar e imponerse sobre las fuerzas locales, además, nadie se atreverá a mencionarle aún (… recordando lo que hemos venido diciendo aquí mismo hace tiempo: los más conocidos y adelantados son, paradójicamente, los más vulnerables hoy). El candidato (a) del Presidente aparecerá en la escena política cuando todos los aspirantes “naturales” estén severamente desgastados por lo anticipado y enconado de sus riñas.
Acuérdense.
Por otra parte, los escenarios políticos nacionales se están replanteando aceleradamente y eso hace previsibles cambios hacia situaciones que hoy nos parecen inimaginables. Esa visión de largo plazo que se tiene desde las altas esferas del poder, es una ventaja brutal respecto de actores que inmersos en sus reyertas de cantina, no atinan a ver lo que sucede fuera de sus estrechos horizontes.
Muchas cosas pasarán antes de que se definan los candidatos al 2009. Otras más se definirán en función de los resultados electorales de ese año, a lo que podemos adelantar -sin afanes de adivinar- que muchos hoy encumbrados resultarán vilipendiados, mientras que algunos a quienes se ha pretendido ignorar emergerán a los escenarios políticos nacionales ya replanteados, no sólo por los efectos electorales, sino también por lo relativo a la lucha contra la delincuencia y a la crisis mundial.
El evento del pasado sábado fue un grave error de quienes pensaron que ganarían con su realización. El Senador Moreno Valle mostró tanto su capacidad de acarrear (¿cuántos de los que llegaron en los camiones del interior del Estado realmente votan en una interna del PAN…?) y su proclividad a incumplir acuerdos, como su distanciamiento de los personajes clave del panismo poblano. Rafael Micalco pensó ostentar su capacidad de mantener a todos bajo un mismo redil, pero resultó obvio que es incapaz de impedir las malas prácticas de su militancia. Simplemente nadie lo pela ya.
Los otros dos Senadores se enojan mucho con la desbocada impaciencia y operación de acarreo priísta de Moreno Valle… pero hacen bien poco en la práctica para detenerlo.
Los demás Diputados Federales solo inspiran bostezos y… ternura.
Resultaron obvios, pues, las divisiones, recelos, suspicacias, prejuicios y susceptibilidades entre las cabezas del panismo local, que pueden derivar en una severa descomposición de los equilibrios que han operado las últimas décadas para hacer posible que el próximo gobernador de Puebla sea un (a) panista ajeno a las que hoy parecen ser las corrientes predominantes.
Eso es lo que les vino a decir Germán Martínez. ¿Lo habrán entendido?