22-11-2024 11:01:14 PM

La relación de RMV y Calderón: úsese y tírese

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Era la época del dispendio presupuestal destinado a consolidar el primer gobierno poblano emanado de un partido político distinto al PRI.

Por ejemplo: las obras con motivo del 150 aniversario de la batalla de Puebla.

El gobierno federal aportó la gran mayoría de los poco más de 3 mil millones de pesos que fueron destinados para la realización de un paquete “histórico” de proyectos de obra pública que le permitieron a Rafael Moreno Valle empezar con altísimos niveles de popularidad y confianza su sexenio.

El apoyo por parte de la federación fue tan evidente, que el entonces Secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, declaró alguna vez en Puebla aquello de que “cariño que no se reflejaba en el presupuesto, no era auténtico”.

Y vaya que le hizo honor a la máxima.

Más adelante, el propio Cordero cobraría la factura con los descarados apoyos que recibió por parte del gobierno del estado en el proceso interno del PAN para elegir a su candidato a la presidencia para la elección del 2012.

Al mismo tiempo, al entonces  presidente Calderón se le notaba el gusto por venir a Puebla.

A diferencia de los tiempos de Mario Marín en donde se veía enojado, forzado a convivir con alguien que francamente detestaba, con Moreno Valle se sentía como en su casa.

Lo anterior resultaba evidente no solo en el discurso político, sino en todas y cada una de las fotografías de sus giras.

Era la bonanza absoluta y la comunión de ideas y objetivos.

Todavía, en los estertores del régimen panista, el gobernador poblano dio muestras de generosidad y agradecimiento al cobijar en la nómina estatal a ilustres personajes que fueron parte del grupo compacto de Felipe.

Como en su momento lo documentó Alejandro Mondragón, en Puebla encontraron refugio Jorge Manzanera, Roberto Gil Zuarth, Juan Molinar Horcasitas, Javier Lozano Alarcón, Rodolfo Elizondo y Max Cortazar.

Sin embargo, la coyuntura cambió llevándose de paso la relación Calderón-Moreno Valle.

El gobernador poblano entendió que la única manera de concretar su proyecto rumbo  a la presidencia de la República era apoderarse del Partido Acción Nacional, lo que significaba aliarse con el grupo de Gustavo Madero y ayudar a darle el tiro de gracia al calderonismo, en ese entonces herido de muerte después de haberse convertido en la tercera fuerza política nacional como resultado de la elección presidencial.

Para lograrlo, no solo destinó horas y horas de su tiempo en operar al interior de las entrañas del blanquiazul, sino que invirtió la cantidad de dinero que fue necesaria para lograr el objetivo.

El tiro de gracia fue el proceso interno para elegir al presidente nacional del partido.

400 millones de pesos se destinaron para que Madero arrasara en la contienda.

Ya para ese entonces, el “amigo” Cordero era tachado como “indeseable” por los morenovalllistas y al olvido se fue cualquier agradecimiento por los favores hechos a su paso por el servicio público federal.

Era la guerra y había que acabar de tajo con el enemigo.

Y así se hizo.

Ayer, en el proceso de registro de candidatos panistas a la diputación federal, Moreno Valle le dio la última estocada a Calderón.

El partido, su partido, le negó el registro en la lista plurinominal a Margarita Zavala, esposa de Felipe y el principal estandarte de lo que queda de su grupo político.

Si bien la prensa nacional le adjudica el golpe a Madero, todos sabemos que el auténtico patrón del PAN es el gobernador de Puebla, nadie más.

Gastó cientos de millones en comprar a Acción Nacional y espera , por supuesto, jugosos dividendos políticos de su inversión.

Es el poder absoluto ejercido a rajatabla y sin miramientos.

Una estrategia que seguirá aplicándose al pie de la letra, independientemente del número y la importancia de los damnificados que genere.

Hoy reses, ¿mañana carniceros?

Eso lo dirán los siempre caprichosos y a veces inentendibles astros de la política mexicana.

latempestad

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