En esta ocasión, la empresa Acapro de Hidalgo S.A de C.V se adjudicó la licitación de la obra al presentar un proyecto de 488.4 millones de pesos, casi 200 millones menos que los 688 millones presupuestados y anunciados por el gobierno de Rafael Moreno Valle.
La primera gran pregunta es: ¿Quién se quedará con esos 200 milloncitos de diferencia? ¿Se irán a la gran bolsa para la campaña presidencial? ¿Serán parte de la comisión por la adjudicación de la obra?
Como ya es sabido, empresas hidalguenses han tenido a bien participar en un sinnúmero de licitaciones y procesos de adjudicación de proyectos poblanos, dejando a un lado a empresas locales, ofreciendo presupuestos similares o inclusive más altos.
Grupo Concretero Eura es una empresa con sede en Pachuca, que actualmente se encarga de las obras del nodo Juárez-Serdán y también ganó la licitación para la intervención del Parque Ecológico.
Inmobiliaria Contramon es otra empresa hidalguense que también ha participado en las licitaciones del estadio Cuauhtémoc y el nodo Juárez-Serdán.
Ahora, Acapro de Hidalgo S.A de C.V logró por fin insertarse en el desarrollo de obra poblana, con los trabajos en el estadio, aunque no es la primera vez que participa en licitaciones en la entidad.
Todas ellas forman parte de un cluster de empresas que en enero de 2014 ganaron la licitación para la construcción del Tuzobús, el sistema de transporte público masivo.
Coincidentemente, todas ellas tienen a los hermanos Berganza (Francisco Xavier y José Ramón) como contacto con importantes actores políticos de aquella entidad. Curiosamente, ambos mantienen importantes relaciones de trabajo y negocios con el mandatario poblano y funcionarios de primer nivel del gabinete, como Luis Maldonado Venegas, y por primer nivel me refiero al lugar jerárquico, no a su desempeño.
¿Ya entendió por dónde pasa la ruta del dinero entre Hidalgo y Puebla?
