Aquí los diez pasos infalibles para terminar de hartar a los poblanos.
1.- Haga obras vistosas pero inútiles. Pero lo más importante es que cuesten demasiados millones de pesos, creyendo que los ciudadanos no se dan cuenta del dispendio y, sobre todo, de que a muchos de ellos no les benefician absolutamente en nada dichas obras fastuosas como la Ruedota de la Fortuna o los Puentes y Distribuidores viales que no se usan porque el verdadero tráfico pasa por debajo de ellos.
2.- Gaste una fortuna de centenas de millones de pesos en su imagen personal, en remodelar su casa y para comprar carísimos helicópteros para transportarse de una calle a otra, pensando que los ciudadanos no lo ven o no se llegan a enterar, enfureciéndolos porque la enorme mayoría de ellos no cuenta con medio de transporte y ni siquiera con casa propia, además de aborrecer a los gobernantes perfumados y lejanos del pueblo.
3.- Trate a sus empleados como esclavos o sirvientes. Gríteles de groserías todo el día y oblíguelos a trabajar a la hora que usted está despierto (20 horas diarias). Está creando una bola de inconformes que rumian venganza, filtrando mucha información a sus enemigos de la prensa y de otros partidos. El que ofende todo olvida… pero el ofendido no olvida nunca.
4.- Controle a su partido como si fuera su propiedad y feudo. Denigre y humille a sus militantes. Impóngales candidatos provenientes de otros partidos antes odiados y líneas a seguir. Esos serán otros puntuales enemigos posteriormente.
5.- Cierre todos los verificentros alegando que todos actuaban en la ilegalidad. Fastidie a los dueños y a centenares de familias que vivían del trabajo en ellos. Joda a millares de automovilistas que ahora son perseguidos en el Distrito Federal por no contar con verificación vehicular. Todos ellos puntualmente lo detestarán.
6.- Imponga sin consultar a nadie y sin informar masivamente a la ciudadanía, decenas de aparatos que tomen fotografías por rebasar límites de velocidad. No le diga a nadie, solo deje que lleguen las foto infracciones de miles de pesos. No habrá automovilista que no pase por distracción un límite de velocidad. Tampoco informe en qué se gastará el gobierno las centenas de millones recaudados por tal programa. Tendrá miles y miles de opositores en la próxima elección.
7.- Disfrace la privatización del Organismo Operador de Agua Potable en la capital del Estado. Deje que ahora una empresa privada cobre a su antojo multas y nuevas tarifas, enviando a decenas de miles de ciudadanos recibos con cobros absurdos y exorbitantes de decenas miles de pesos. Usted seguro tendrá un ejército de ciudadanos que lo aborrecerán y votarán contra su partido y candidatos en próximas elecciones.
8.- Emita una Ley que ahora permita reprimir manifestaciones de ciudadanos inconformes con alguna acción gubernamental: son subversivos que hay que castigar. Aplíquela con puntualidad. Aprehenda a inconformes o protestantes. Usted logrará que todos los colectivos sociales y organizaciones populares lo aborrezcan y juren venganza por la represión.
9.- Decrete una ley que permita hacer expropiaciones sin mediar negociación alguna. Aplíquela puntualmente también. Quíteles su propiedad a todos aquellos que estorben en algún proyecto de obra fastuosa, no entienden que la modernidad se impone, no se negocia. Hacer de Puebla una ciudad de primer mundo bien vale la pena. Espere entonces cómo otros miles de ciudadanos lo odiarán toda su vida.
10.- Y finalmente permita que sus policías disparen proyectiles de goma o cartuchos de gases lacrimógenos contra multitudes que protestan por una tontería. Aplauda que sus policías provocaron la muerte de un menor. Encapríchese y sostenga una versión absurda e inverosímil sobre lo que ocurrió. Mientras usted pasee diciendo que Puebla está mejor que nunca.
Ahora solo siéntese a esperar. Habrá logrado para entonces que miles y miles de ciudadanos (vayan o no a las marchas en su contra) empiecen a pensar negativamente sobre su persona y su gobierno. Felicidades, ahora la mayoría lo desaprueba y está pensando seriamente si no habrá sido un error haber votado por lo que usted.
Y lo más importante: Están pensando seriamente en no volver a hacerlo jamás, para alguna otra candidatura futura.
Lo logró. Ahora la mayoría ya lo detesta.