Me han escrito en mail, redes sociales o retuiteado políticos –de todos los partidos, incluidos panistas-, periodistas –
Y cómo no iban a estarlo. El escándalo en el que se ha visto envuelto el Gobernador poblano indigna no tanto por lo que pasó –que, reitero, pudo haber sido controlado con una estrategia inteligente… que nunca hubo- sino por la actitud tomada por éste, quien sigue montado en su mula de no querer reconocer con humildad que se equivocaron sus subordinados y que él rápidamente pudo haber tomado medidas contra los abusadores. No lo hizo y ahora ya es muy tarde.
La opinión pública, la mayoría de los ciudadanos comunes y corrientes, el pueblo pues, ya tomó posición con respecto a Chalchihuapan: No le creen a Moreno Valle y lo culpan de ser el causante de la tragedia y muerte de un niño. Ahí están los resultados y sería estúpido negarlos.
Como fue estúpido hacer mutis de lo que pasó y ahora a afrontar las consecuencias. Sobre todo la enorme mayoría de medios electrónicos (TV local y nacional y las principales estaciones de radio abierta) que de manera absurda e imbécil han guardado silencio oficioso sobre el tema.
No he escuchado (quizás porque no oigo radio local por higiene mental), visto o leído una defensa inteligente del Gobernador y su posición sobre Chalchihuapan. Como si los propios “periodistas” se dieran cuenta de que no pueden defender lo indefendible: Han preferido el silencio o de plano poner de pretexto que andan de vacaciones.
Pero bueno, es natural en los que trabajan para medios cuyos dueños dictan las órdenes y disfrutan de los chayotes. Tienen que cuidar su chamba y la comida de sus hijos.
Pero lo que sí llama poderosamente mi atención es que ningún político morenovallista haya atinado a defender con destreza a su Gobernador. Salvo algunas palabras vertidas por Javier Lozano, quien tímidamente medio defendió a su amigo. De ahí en fuera nadie. Pero nadie. Ni un Secretario de su Gabinete. Ni un Diputado local. Ni uno de sus defensores empresarios. Ni un empleado fiel. Nadie.
Quizás esa fue la línea, que nadie abriera la boca bajo el peligro de decir sandeces. Pero a todos les vino muy bien callar: Como en los medios, nadie puede defender lo indefendible sin el riesgo de soltar alguna pendejada.
Pero la cosa no termina ahí. El silencio asqueroso era de esperarse.
Lo bonito ha empezado también. La feria de los deslindes.
Varios panistas poblanos ahora expresan valientemente (cuando ellos mismos lo trajeron y lo hicieron candidato y luego Gobernador) que Moreno Valle es autoritarios y represor. Que él es el culpable de la tragedia de Chalchihuapan y que hay que pensar en su expulsión del PAN. No somos machos pero somos muchos, decían en mi tierra.
Pero lo mejor. El Presidente Nacional del PAN también ayer soltó un elegante deslinde: No sólo NO ha defendido a Moreno Valle sino que soltó que “hay que investigar para deslindar responsabilidades, para saber quién realmente mató al niño”.
También panistas muy conocidos como Juan José Rodríguez Prats, ayer de plano soltó en el programa radiofónico nacional de Ricardo Alemán –
¿A dónde quedó el gran Gobernador que iba a transformar Puebla y que iba a pasar a la historia como el mejor? ¿A dónde quedó el inteligente y visionario? ¿A dónde quedó el único que sabía ganar en el PAN? ¿Dónde están los panistas que tanto lo veneraban? ¿Dónde están los panistas que lo amaban aún cuando él los despreciaba y humillaba, pero que como mujer golpeada le aguantaban todo?
Hoy salen valientes a deslindarse. Qué bárbaros.
En fin. Naturaleza humana.
Es la hora de la verdad para Rafael Moreno Valle. Darse cuenta de que el poder es efímero y que ante el más mínimo error pierdes a todos los que te decían amar.
La estrategia –ya lo escribí hace varios días- seguramente no lo hará caer como Gobernador. Se aferrará como su odiado Mario Marín. Insistirá con argucias legaloides e informes amañados de su Procuraduría de Justicia estatal que no hubo bala de goma (cuando ya todo México sabe que SI hubo). Difícil que caiga.
Pero lo que sí recibió una herida mortal es su futuro político.
Ajá. Igualito que su odiado Mario Marín.
No cabe duda de que la política es… una rueda de la fortuna.
MILENIO, EL TRISTE PAPEL DE PALERO
Redacción Milenio Puebla, 10 de julio:
“Hola, buena tarde
“Ya recibimos su colaboración semanal.
“Gracias.
“Natalia Téllez.
Rodolfo Rivera Pacheco, 13 de julio:
“Hola Natalia buenas noches. Gracias por tu respuesta el jueves pero… no me publicaron mi colaboración… ¿Hubo algún problema? Ojalá me puedas decir lo que ocurrió. Ya sabes que yo siempre tengo mucho interés en continuar colaborando. Mil gracias y un saludo cordial.
“Rodolfo Rivera Pacheco.
Redacción Milenio Puebla, 14 de julio:
“Rodolfo, buena noche
“El pasado viernes no se publicó su columna debido a una orden de Pablo Ruiz, quien me dijo que él mismo puede darle la razón si lo llama por teléfono.
“Natalia Téllez.
Rodolfo Rivera Pacheco, 14 de julio:
“Gracias por tu información estimada Natalia. Claro, yo le llamo a Pablo, me podrías dar el número al que puedo llamarle?
“Mil gracias y un saludo cordial.
“Rodolfo Rivera Pacheco.
Rodolfo Rivera Pacheco, 23 de julio:
“Buenas noches Estimada Natalia: te mando desde ahora mi colaboración, para el viernes 25. Me apuro para que no haya ningún problema. Te envío un saludo cordial.
“Gracias por tu atención.
“Rodolfo Rivera Pacheco
Redacción Milenio Puebla, 23 de julio:
“Ya recibí su columna adelantada para su próxima publicación.
“Gracias.
“Natalia Téllez.
En los anteriores párrafos reproduzco los textos de los mails que intercambié con
Simplemente para explicar mi salida como columnista de dicho diario. Queda más que claro que fue “por órdenes del Director, Pablo Ruíz”. A quien por cierto no tengo el gusto de conocer personalmente.
Mi llegada a Milenio fue hace varios años, por invitación de mis amigos Julián Ventosa Tanús y de su padre Julián Ventosa Aguilera. Ahí conocí entonces al Director, Fernando Alberto Crisanto.
De los tres no recibí más que atenciones siempre. Eran antimorenovallistas, por cierto. Vueltas que da la vida.
Y cuando me dijeron que Milenio Puebla dejaba de ser de su propiedad, me imaginé que mi salida también era inminente. No fue así, aunque tarde o temprano así ocurrió.
Lo que yo escribo no es en nada grato al grupo morenovallista, con quien Milenio tiene un muy buen convenio comercial (local y nacional). Era lógico, pues.
Lo triste es que se siga confirmando que un medio supuestamente libre se convierta en palero tonto e inútil de un Gobernador en aprietos.
No es la primera ni la última vez que salgo de un medio por decir lo que pienso. No vivo de mi “actividad periodística”, por eso suelo joder bonito sin medir a quién va el madrazo. Así he salido de varios (casi todos) espacios radiofónicos, periódicos y televisoras de Puebla.
Ya me acostumbré.
Pero quería dejar constancia.
Aquí seguimos en STATUS y también en otros espacios. Nunca faltan.
Y obvio, en las benditas redes sociales.
