Corría el año de 2003.
Como diputado presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, el panista Luis Pazos asignó 30 millones de pesos, originalmente destinados a la atención de personas infectadas con VIH/sida, a programas internos del grupo ultraconservador Provida.
Una investigación realizada por seis organizaciones civiles como Salud Integral para la Mujer (SIPAM )y el Centro de Análisis e Investigación y Equidad de Género y que fue apoyada por legisladoras de oposición de la Comisión de Equidad y Género del Congreso de la Unión, determinó que esa reasignación de recursos era indebida.
El asunto llegó hasta la Secretaria de la Función Publica y a la PGR, como resultado de una denuncia interpuesta por la misma Secretaria de Salud a nivel federal.
Los 30 millones serían canalizados en su totalidad para la creación de 10 clínicas antiaborto, sin embargo, la auditoría ciudadana detectó, entre otras cosas, compras de artículos de lujo como trajes finos, plumas de marca y tangas (¿para Serrano Limón?).
Se logró documentar la compra de ropa para caballero y dama en tiendas de prestigio como Sears, Aca Joe y Liverpool.
De acuerdo con la dependencia, el presidente de Provida solicitó, tramitó, manejo y usó recursos públicos federales “que aplicó a fines distintos de aquellos que justificaban su otorgamiento en virtud de haber presentado documentos falsos, facturas anteriores a la entrega de los recursos, así como gastos ajenos al programa de ayuda para la mujer”.
Otro ejemplo de la manera por demás corrupta con la que Provida manejó las dádivas aprobadas por Pazos es un equipo de ultrasonido que compraron a Transforma México, y que tenía un sobreprecio de dos millones 551 mil pesos, equivalente a 72 por ciento de todos los gastos comprobados.
Asimismo, la Auditoría Superior de la Federación comprobó que en su doble papel de proveedor y empleado de Provida, la organización recibió de ellos mismos siete millones 774 mil pesos, o sea, 64.5 de las aportaciones de particulares a Provida.
Muy honestos, muy decentes, muy cristianos.
¿A poco no?
La ASF tuvo conocimiento de los depósitos de dinero que Serrano Limón realizó en cuentas operadas por Casa de Bolsa Vector y Multivalores Sociedad Operadora de Sociedades de Inversión, siendo su asesor en Vector su propio hermano, empleado de la Casa de Bolsa, quien cobró jugosas comisiones por el manejo de ese dinero.
Asqueroso ¿no?
En el 2004, Pro Vida operaba la cuenta 487-13699 348 en Vectormex en Nueva York.
El saldo era de 34 mil 579 dólares hasta el 5 de mayo de ese año cuando Serrano Limón hizo una transacción con bonos del gobierno de Brasil.
Pero eso no es todo, como buen inversionista a Serrano Limón le gustaba la diversificación.
El 4 de diciembre de 2002, Jorge Serrano adquirió en 900 mil pesos las acciones de Ricardo Alberto Suárez de los Ríos en Pulsar.
Según el contrato de compra-venta firmado por ambos y por María del Rocío Gálvez de Lara, presidenta de Pro Vida, la cartera adquirida fue de 109 mil 325 dólares.
Luego se dio a conocer que el 15 de abril de 2003, después de que Provida recibió los 30 millones de pesos de la Secretaría de Salud, Serrano Limón compró más acciones del mismo grupo por 294 mil dólares en tres distintas operaciones
Nada mal para una AC, es decir una Asociación Civil que por definición legal opera “sin fines de lucro”.
Marcela Guerra, de la Comisión de Vigilancia a la Auditoria Superior de la Federación afirmó tiempo después que el fraude podía llegar a más de 60 millones de pesos.
Estos 60 millones corresponden a los ejercicios fiscales de Provida de 2002, 2004 y, posiblemente, a los del 2001, ya que los 30 millones solamente son del 2003.
Ahí quedó el asunto.
Nadie quiso moverle más.
Lo que aterra de esto es que, en su momento la demanda de juicio político contra Luis Pazos, que pretendían interponer diputados de todos los partidos, fue saboteada por la bancada panista en la Cámara de Diputados.
¿Por órdenes de quién?
Además, otra rata como Jorge Serrano Limón sólo recibió como sanción una inhabilitación de 15 años para ocupar algún cargo público y una multa económica de 13 millones de pesos cuando debería de ser juzgado por el delito de peculado y enfrentar un proceso penal.
Con todas sus letras
La protección gubernamental a Pazos y Serrano Limón es una muestra clara, concreta, irrefutable no sólo de que el gobierno de Fox fue tapadera de la corrupción al más alto nivel, sino que el crear falsas polémicas sobre el tema del aborto es utilizado como la reivindicación perfecta para el sostenimiento de agrupaciones fraudulentas que en realidad operan como negocios personales.
¿Alguna duda?.
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