1.- En información de primera plana del viernes 31 de enero de este año, de este nuestro diario juiciosamente imparcial, e intolerante ante la corrupción nacional, el patrimonialismo administrativo político y en contra de la improvisación social, se conocen los montos económicos que recibirán los 9 partidos existentes en Puebla.
1.1.- El total en millones, cantidad cerrada de dinero público proveniente para el trabajo partidario será en este 2014, de 53 millones de pesos. Tócale al PRI en números cerrados 13 millones y medio para su:
a).- Administración total.
b).- Desarrollo de programas.
c).- Organización Social.
d).- Capacitación de cuadros.
e).- Educación partidaria.
f).- Publicaciones impresas, difusión radial, de tv y digital.
g).- Difusión social con pretensiones electorales.
2.- Aunque los partidos políticos están clasificados como entes de interés público en nuestra Carta Magna, no estaban obligados a informar al pueblo que los mantiene ¿del cómo gastar, invertir, derrochar, o robarse? lo proveniente de la hacienda federal. Hoy ya existe la obligación.
2.1.-La exigencia ciudadana de saber el destino de sus impuestos, derechos y pago de servicios ( convertidos en subsidios electorales ), lo obliga a ser claro otorgando en forma inmediata la información que le pida cualquier vecino para los fines que sean, y no persistir como algunos de los tres tipos de gobierno, a copiar las malas artes de guardar la información para que no se enteren los otros partidos del destino de los recursos invertidos para ganar las elecciones.
3.- Estos trece millones y medio de pesos debidamente destinados pueden rendir altos intereses electorales, siempre y cuando exista la honradez partidaria en su dirigencia, la cual no debe después de la derrotas (zavalista- pabliana del 2013) saquear el tesoro tricolor sin aportar ninguna ganancia para el futuro 2015, que hasta ahora pertenece al gobernador, vista la inacción partidaria dedicada únicamente “a que apoyemos a Peña Nieto con sus reformas”, como si el compañero Presidente de la República necesitara porras anónimas para sus logros, y no inversionistas multinacionales o del país.
4.- Los trece millones de pesos invertidos en programas serios ahí donde la votación nos fue grata, o donde estuvo la gran abstención, fortalecerá lo logrado para el 2015. Si aunamos a ello, la conquista de los electores indolentes, o defraudados por la casta política en campañas anteriores. Las medidas para erogar racionalmente cualquiera puede enunciarlas:
a.- Necesario es que Pablo Fernández del Campo, prescinda de tomar un solo centavo partidario para destino personal, incluyendo el pago de sus ayudantes, o gastos vehiculares, pues cubierto está por cinco años.
b.-. Medida que dará pie para tener una nómina ejemplar como en cualquier empresa quebrada.
c.- Que los secretarios diversos presenten ante el Consejo Político Estatal sus proyectos con los segmentos gananciales electorales, sus rutas críticas, cronogramas y costos, que para eso son los trece millones y medio.
d.- Idéntica medida para la zona metropolitana. Presentando ante el Consejo Político Municipal de Puebla lo que desean desarrollar.
Solamente actuando con honradez, con productividad, con administración gerencial, podremos recuperar la confianza de la militancia ahora avergonzada por las derrotas.
Gastarse trece millones y medio de pesos en nómina; gastos personales en restaurantes; pago de asesorías fantasmas; juntas de ocio; salas de lujo para reuniones improductivas; honorarios de cursos en lengua extranjera para acrecentar el conocimiento político; es ridículo y tiende a la traición de la “Democracia y de la Justicia Social”.
El PRI vuelve el 2015, el 2016 y retorna al gobierno estatal el 2018 siempre y cuando use la honradez como divisa; la administración gerencial de sus recursos humanos y económicos; acompañada de tareas concretas pegadas al vecindario. Lo demás:
Contratar compañías de todo y para todo; asesorarse con asesores ineptos; imprimir publicidad y no propaganda, es entregar la plaza.
NUESTRA CASA.- Las cemitas del ahora hiper mercado La Victoria, fueron leyenda antojeril para los chilangos del D.F. Las de ahora están sujetas a discusión: Milanesas duras llenas de grasa; sal excesiva; quesos ultra salados; pápalo marchito. Aun así hay sitios salvables donde comerlas.