Como cada año, todo suena bonito y loable: ¿Quién podría estar contra un evento que apela a la generosidad de los mexicanos y contribuir para una buena causa?
El problema viene cuando uno profundiza un poco sobre los verdaderos alcances políticos y económicos del mentado “Teletón”, sobre lo que ya hemos escrito aquí hace tiempo. Y justamente ese es el principal tema de esta colaboración.
Hace poco más de tres años, el que esto escribe publicó una columna (mi Al Pie de
Unos días después de haber publicado dicho escrito, me llegó a mi correo electrónico un mensaje de un tal José Antonio Dorbecker Castillo, pidiéndome una cita para platicar sobre el tema de la columna. Al principio -la verdad- ni hice caso, pero ante la insistencia de los “mails”, acordamos una cita en
El día y la hora indicada llegó el mencionado Dorbecker y se presentó como el Director General (Nacional) de Medios, Relaciones Públicas y Contenidos del Teletón (tengo tarjeta de presentación original). ¡Vaya! mi columneja era leída por personajes nacionales tan importantes.
Después de las presentaciones de rigor, el señor comenzó a preguntarme sobre lo que escribí, si yo sabía todo lo que hacían en el Teletón… y a partir de ese momento comenzó una larga perorata sobre lo maravilloso que era para él trabajar para esa organización. Que él no cobraba (entonces jamás supe de qué vive), que lo hacía por la satisfacción de apoyar a Fernando el “Chobi” Landeros, pero sobre todo por ver la rehabilitación de miles de chamacos con problemas físicos.
La plática era hábilmente dirigida –me imagino que perfectamente realizada cientos de veces- e incluyó sonrisas, seriedad, reflexiones y también ojos inundados por lágrimas (exactamente igual que ver a Fernando Landeros lloriquear cada año en la noche en que se cierra el Teletón, narrando el caso de un niño con alguna discapacidad…). Para esas alturas, yo la verdad también casi quería derramar algunas de cocodrilo y suplicar disculpas por mis insolentes escritos contra una organización tan desinteresada como el mentado Teletón. Creo que la idea era hacerme sentir como un can arrepentido de ladrar tanto.
Sin embargo, una vez recuperado de mi arrepentimiento, recordé que tenía yo algunas preguntas… Y las solté.
Primero pregunté por qué (después todo se corroboraría con la construcción del CRIT en Puebla) si los Gobiernos estatales donaban el terreno, el dinero para mantener varios años un CRIT y la construcción del Centro, entonces “Teletón” decía que la colecta anual era para la construcción de uno de ellos en determinado Estado.
La respuesta fue que… bueno, efectivamente los gobiernos estatales donaban todo eso, pero que el CRIT debía mantenerse funcionando. Cuando le dije que entonces por qué cobraban las consultas, me respondió que lo regalado no se valora y que es muy caro el mantenimiento…
Después le solté lo que más me intrigaba. Pregunté que por qué en tiempos del Goibernador Mario Marín no se había hecho el CRIT de Puebla, pero que tan pronto arribó al poder Rafael Moreno Valle Rosas, Teletón de inmediato anunció la construcción del Centro y vino toooda una avalancha publicitaria sobre lo mismo y… sobre el extraordinario nuevo Gobierno.
La respuesta fue seria: Dornbecker reconoció (si hoy lo niega miente) que efectivamente, Mario Marín ya no llevaba buenas relaciones con Televisa y que esa empresa es la principal promotora del Teletón y que por lo tanto… bueno, sí… habían preferido esperar a que llegara Moreno Valle para hacerlo ya en su gestión para apoyarlo a él y no al odiado Marín.
Le insistí que entonces su organización se movía por intereses políticos y para favorecer a determinados personajes –o para denostar a otros- y con ojos preocupados me reconoció una vez más que era cierto, que no lo podía negar. Pero que el nuevo Gobernador poblano les estaba dando un apoyo extraordinario y… bla, bla, bla.
¿Hacía falta decir más?
La plática siguió ya con un preocupado Dornbecker, quien entonces lanzó otro contra ataque sentimentaloide: Me propuso que cuando quisiera mandaba por mí y mi familia para ir a visitar los CRIT que quisiera en
Sigo esperando el tour.
En fin. A más de tres años de la conmovedora plática varias cosas me quedan perfectamente claras:
1.- El Teletón recauda dinero, pero son los Gobiernos estatales los que donan terreno, construyen el CRIT y lo mantienen durante varios años, como es el caso del Puebla. Entonces… ¿para qué diablos quieren el dinero que se colecta? (que por cierto NADIE puede estar seguro de la cantidad final que existe).
2.- Televisa y Teletón se manejan con intereses políticos electoreros. Si un Gobernador no es de sus simpatías, simplemente no querrán construir en su Estado un CRIT. Pero si el Gobernador es aliado y le ven futuro a la inversión, entonces todo para él y su gobierno, con promoción publicitaria incluida.
3.- Reitero una y mil veces: Nadie podría estar contra una organización que ayuda a grupos vulnerables de la sociedad y hasta apoya a los gobiernos que nunca son totalmente eficientes en esos ámbitos. El detalle estriba en que el Teletón hoy ya genera demasiadas desconfianzas. Ellos me lo reconocieron y si ahora lo niegan… mienten, como todo lo que envuelve al mentado Teletón.
4.- No. Yo no cooperaré para el Teletón, como nunca lo he hecho. Lo siento. Aún con todo el show montado –que ya aburre- de una Lucerito llorando, un Pedro Ferriz payaseando, un Regil suplicando y un Landeros con voz quebrada narrando el terrible caso de algún chamaco con problemas.
5.- Obviamente no leeré mi mail durante muucho tiempo.
twitter: @rodolforiverap
facebook: Juan Rodolfo Rivera Pacheco
