22-11-2024 01:20:07 PM

Criminal: 2,400 litros de agua = 1 hamburguesa

agua

En la investigación Agua para la alimentación. Agua para la vida (2007) en la cual participaron diversos organismos internacionales encabezados por  la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se enfatiza:

“Para producir suficiente alimento como para satisfacer las necesidades dietéticas diarias de una persona, se necesitan unos 3.000 litros de agua convertida de líquido en vapor,  o sea, cerca de un litro por caloría. Para beber se necesitan apenas de 2 a 5 litros de agua. En el futuro una mayor población necesitará más agua para alimentos, fibras, cultivos industriales, ganadería y pesca”.

¿Sabe usted cuántos litros de agua se requirieron para que pueda consumir cada uno de sus alimentos?

Para producir un tomate se requieren 13 litros, para una papa se requieren 25 litros, para una taza de té se necesitaron 35 litros, para una copa de vino 120 litros, para un vaso de cerveza 75 litros, para un vaso de jugo de manzana 190 litros.

Si las cifras anteriores son alarmantes vea usted las dos siguientes: para producir una hamburguesa se requieren 2,400 litros y para producir un kilogramo de carne de res se necesitaron 15,000 litros.

Es evidente que el hecho de alimentar a toda la población mundial está literalmente desangrando al planeta.

Por lo anterior las organizaciones vegetarianas sostienen que el apetito y exceso en la ingesta de carne no es sólo una cuestión de salud pública, sino de sobrevivencia humana.

Satisfacer las necesidades carnívoras de los humanos provoca deforestación, erosión, pérdida de biodiversidad, contaminación y sobre explotación de manantiales, así como problemas de injusticia social.

Ante el panorama descrito, Argentina, el mayor consumidor latinoamericano de carne, está haciendo esfuerzos importantes para disminuir las afectaciones ecológicas con motivo de la ganadería, evitando el riego.

A la carne proveniente de reses alimentadas con pastizales naturales, cuyo riego proviene del agua de lluvia, se le llama “carne ecológica” para diferenciarla de la proveniente de animales criados tradicionalmente, es decir, de corral.

La “carne ecológica” o “carne de pastizal” es baja en colesterol, contiene un mayor valor nutricional y tiene una menor posibilidad de estar contaminada.

Según una nota de El País (2013), la ganadería sustentable “es una técnica desarrollada por el Programa de Pastizales, de Aves Argentinas y la Fundación Vida Silvestre, a través de una donación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial”.

Como en todo el mundo están cobrando mayor fuerza las organizaciones que trabajan por consumos racionales e inteligentes, la comercialización de la “carne ecológica” está avanzando en Europa.

Por ejemplo, en el sitio español evamuerdelamanzana.com se promueve el consumo y comercialización de “carne de vaca alimentada con pasto 100%”. A decir de los promotores de la “carne ecológica” los pedidos van en aumento.

Por supuesto la industria de la “carne ecológica” deberá sortear diversos obstáculos antes de considerarse un movimiento sólido global, como la producción a gran escala o el surgimiento de producto falso, pero las medidas adoptadas por los productores podrían abrir nuevos horizontes a los productores tradicionales y a los comensales carnívoros.

A partir de los estudios de la FAO y la propuesta de un sector de los ganaderos argentinos, valdría la pena que en México y el resto de Latinoamérica se considere seriamente la producción de “carne ecológica”, antes de que la carne de animales clonados se presente como única alternativa.

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