Y en dos días medio México razona de la misma manera. Las propuestas peñanietistas huyeron del planteamiento de gravar parejo el consumo (y así todos paguen impuestos, hasta los ambulantes, narcos, políticos y prostitutas) al generalizar el pago del I.V.A. (como ocurre en cualquier país de la OCDE, tan mencionada por Luis Videgaray en sus muchos comentarios en todos los medios nacionales) en una clara postura populista para no hacer enojar a sus bases electorales y dar gusto a la izquierda nacional que siempre tiene la misma demanda.
Vamos, los perredistas han aplaudido a rabiar la reforma peñanietista y hasta gritan que “es un triunfo de la izquierda, pues se cumplen sus demandas históricas”. Sobre todo por la propuesta del seguro social universal, la pensión para todos los adultos mayores y el seguro contra el desempleo.
Suena excelente, reitero, pero el problema es de dónde van a salir recursos para dar atención médica a 112 millones de mexicanos, pensión a unos treinta o cuarenta millones de personas y dinero mensual a millones de desempleados. Pura demagogia.
Sigo pensando que Peña Nieto y sus asesores hacen un muy mal cálculo electoral.
Porque si la mentada dizque reforma busca defender a los que votan por el PRI, pensando que son las clases más bajas y que constituyen su “voto duro”, están bastante errados.
Para empezar el famoso “voto duro” del PRI ya NO le alcanza en ningún lado para ganar elecciones. Su “voto verde” (campesinos, clase muy bajas de zonas rurales) ya NO sale a votar por el PRI y se ha vuelto crítico permanente de los regímenes emanados del tricolor. En Puebla lo hemos visto una y otra vez en los últimos cinco o seis procesos locales: El “voto duro” del PRI ya nunca les alcanza para ganar elecciones. ¿Qué no se han dado cuenta? ¿De veras son tan tarugos?
No. Los que han venido moviendo la balanza electoral en los últimos años son los miembros de la clase media que está mucho más politizada que los ciudadanos de zonas rurales, que ven noticias, que escuchan programas de radio, que leen un poco de periódicos o bien ahora están pendientes de lo que se dice en las redes sociales e internet en general.
Esos votantes son a los que entusiasmó Vicente Fox y en menor medida (aunque aún le alcanzó para ganar por escaso margen) Felipe Calderón. Son los que salen a votar en los Estados y les entusiasma un buen candidato antipriísta. Vaya, no nos necesitan contar nada de esto a los poblanos.
¿Y por qué ganó Enrique Peña Nieto? Bueno, porque era un buen producto mercadotécnico (no porque fuera del PRI) y porque la candidata del PAN era pésima y el candidato de la izquierda (López Obrador) les dio miedo… a las clases medias. Los clasemedieros pensaron seriamente en realizar un “voto útil”.
Son pues, los clasemedieros los que están definiendo las elecciones actuales. Porque son switchers, porque un día votan por un partido y otra vez por otro, siempre y cuando les entusiasme el candidato o bien estén hartos de un gobierno corrupto.
Y la reforma fiscal peñanietista yéndose contra… la clase media de este país: Cobrando IVA a las colegiaturas (que con mucho esfuerzo muchos pagan para que sus hijos no tengan la desgracia de ir a estudiar donde los maestros son unos vándalos que están en paro a cada rato), gravando los créditos hipotecarios (que muchos pagan esforzándose por hacerse de su casita propia), aumentando el maldito ISR (de 30 a 32%, lo que todos pagamos por ganar dinero, ya sea por salario, negocios, ventas, etc.), gravando el dinerito de ahorros que muchos puedan tener en inversioncitas a plazos en los bancos.
O sea, que paguemos más los mismos de siempre, para mantener a que los que no pagan y sigan sin pagar, con la esperanza idiota de que voten por el PRI en el 2015.
No me canso de preguntar: ¿En serio ese es el sesudo análisis que hacen los priístas?
Se están echando de enemiga a la clase que está definiendo las elecciones en los últimos años. Porque a ninguno nos agrada que nos aumenten los impuestos a los que con sacrificiso los pagamos, porque sabemos que el dinero recaudado va a parar a los bolsillos de los gobernantes (estos sí de cualquier partido, todos son ratitas, incluidos poblanitos).
Obvio, el PAN (que tampoco supo ni pudo resolver la problemática económica de México en sus dos sexenios, por cierto…) va a abanderar el descontento clasemediero. Esos votantes que se entusiasmaron en 2000, poco menos en 2006 y que aún dan victorias a ese partido en algunos Estados donde el desprestigio priísta es mayúsculo. Ya escuche ayer por ahí a varios panistas atacando la reforma peñista, aunque su líder nacional aplaudió sonriente todo lo que decía el Presidente el domingo. Como ya se ha vuelto costumbre, Gustavo Madero un día aplaude a peña Nieto y al otro día lo descalifica.
Hace poco escribía aquí mismo que las elecciones del 2015 van a ser referéndum para la gestión peñista (como lo fueron las intermedias con Fox y Calderón) y que puede haber un severo voto de castigo al PRI porque no resuelve la problemática económica de los mexicanos.
Mi hipótesis cada día se fortalece más.
Y en Casa Puebla sonríen, mirando en el horizonte el 2018.
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