El PAN enarboló y lideró los deseos de cambio y alternancia que hubo en la mayoría de mexicanos recién llegado el nuevo siglo. Ganó la Presidencia en el año 2000 con Vicente Fox, pero éste no estuvo a la altura de la transición democrática y no pocos actores de su gobierno no supieron o no pudieron convencer a esos mexicanos que votaron por ellos, de que eran distintos a los priístas que tanto criticaron.
El resultado fue contundente, pues el PAN perdió un gran número de Diputaciones en las elecciones intermedias de 2003. Y en 2006 apenas pudo ganar otra vez la Presidencia. Los jóvenes ya no votaron en su mayoría por el PAN y prefirieron la opción de la izquierda.
Hoy hay estudios serios que aseguran que en 2006 Felipe Calderón no ganó la elección y los datos fueron manipulados por un binomio inmoral compuesto por el gobierno federal y el IFE. Nunca sabremos exactamente qué pasó, pero lo cierto es que Calderón encabezó un gobierno sumamente cuestionado y con muy poca legitimidad. En las elecciones intermedias de 2009 el PAN vuelve a perder decenas de Diputaciones.
Ese fue el preámbulo para que el PRI regresara a la Presidencia. La idea del cambio y la alternancia ahora funcionó, pero al revés: La mayoría de mexicanos votó por las opciones opositoras al PAN y éste fue mandado a un vergonzoso tercer lugar. La gente se desilusionó del PAN y sus gobiernos, pues. Y también porque su candidata era muy mala, hay que decirlo.
El problema es que el PAN cuando tuvo el poder federal quiso gobernar como lo hizo el PRI durante décadas. Sus Presidentes de la República quisieron controlar a su partido e imponer en él sus decisiones y hasta candidaturas. Fox lo intentó fallidamente con Santiago Creel y Calderón hizo lo propio con Ernesto Cordero.
En otras palabras, el PAN y sus principales líderes (Presidentes, Gobernadores, Alcaldes y legisladores locales y federales) no supieron o no quisieron comportarse de una manera distinta a como lo hizo su odiado PRI por décadas. También cometieron actos de corrupción, tráfico de poder e influencias, excesos en gastos y burocracia… y la gente se dio perfectamente cuenta.
Y ahora, una vez que perdieron la Presidencia de la República, viene la terrible resaca: Ya no hay Presidente que los quiera o pueda controlar. Y como el PRI cuando perdió en 2000, el PAN se subdivide en centros de poder muy claros al día de hoy.
Hay un PAN encabezado por la dirigencia nacional y el CEN (dividido también). Gustavo Madero intenta tener el control del partido pero ya no le es posible. Luego del enfrentamiento citado con la mayoría de Senadores, es muy difícil que continúe en la Presidencia del partido. No, ni Madero ni el CEN controlan ya al PAN.
Hay un PAN controlado por cada uno de los Gobernadores que ganaron bajo sus siglas. Quedan pocos, pero al menos Rafael Moreno Valle en Puebla, Guillermo Padrés en Sonora o Miguel Márquez de Guanajuato controlan hasta el último pelo de cualquier panista en sus Estados (los otros Estados no son panistas, sino supuestamente aliancistas y sus Gobernadores ni siquiera provienen de ese partido: Gabino Cué en Oaxaca, Mario López Valdés en Sinaloa y Marcos Covarrubias en BCS). Los tres panistas tienen el sueño de ser candidato a Presidente de la República.
Finalmente, hay un PAN que es controlado en las juntas secretas de la Organización Nacional del Yunque. Entidad por todos negada, pero ventaneada una y otra vez por sus propios exmiembros. El Yunque controla la mayoría de Comités Directivos Estatales en el país y tiene perfectamente infiltrado el Comité Ejecutivo Nacional con no pocos de sus afiliados formales.
El problema es que el PAN de Madero no controla ya mucho. El Yunque controla a muchos pero no a todos, pues también tiene críticos permanentes y formales. Y los Gobernadores solo controlan al panismo de sus respectivos Estados, entrando en negociación con el propio CEN y con el propio Yunque.
Ciertamente, de los Gobernadores blanquiazules, creo que el que mejor ha sabido entender y jugar con todos es Rafael Moreno Valle en Puebla: Hoy es amigo y protector de Gustavo Madero (se dice que hasta lo favorece con negocios en Puebla) y también es aliado cercano de calderonistas como Javier Lozano Alarcón y el mismo Ernesto Cordero. Y también controla ya por la vía de la nómina a todos los yunques en Puebla. O sea, Moreno Valle no pierde en el actual pleito blanquiazul.
Resultado de todo lo anterior es que al día de hoy, el PAN se esté atomizando en una serie de liderazgos que no logran controlar a todos sus militantes. Los simpatizantes panistas están desilusionados. Sus miembros cada día son menos. Y los pleitos públicos de su dirigencia con sus legisladores abonan a la descomposición. Cuando se dé el cambio de dirigencia nacional (creo que en noviembre de este año) los pleitos serán de antología.
Por todo lo anterior, los únicos que irán salvando al PAN son justamente los Gobernadores de ese partido, en la medida que puedan ir ganando elecciones. Porque el aceite que significa dar empleos, es lo que mantiene andando el motor panista en esos Estados.
Entonces, finalmente, creo que personajes como Rafael Moreno Valle terminarán liderando nacionalmente al PAN. Y creo que se puede convertir naturalmente en el candidato presidencial en 2018. Es hoy ya una posibilidad muy fuerte.
Otra cosa será que gane las elecciones.
¿Se habrán dado cuenta ya de esto los priístas? ¿O siguen durmiendo soñando en su Pacto por México?
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