Ahora las puertas y ventanas se mantienen abiertas; desde la tarde hay luces encendidas en las habitaciones y en los pasillos de la casa -que data de principios del siglo pasado- situación contraria a la que por décadas los poblanos nos acostumbramos.
Según se sabe, en su momento el inmueble fue embargado, y luego vendido de forma fraudulenta, hechos que motivaron a que el legítimo dueño reclamara la tenencia de la casa, por lo que recurrió a las autoridades para obligar al desalojo.
El empresario poblano Gilberto Marín Quintero es el propietario de la vieja casona.
El dueño de la empresa Mabesa (fabricante de pañales) es quien rescató el inmueble, nadie más.
Inversión de VW
La fabricación del modelo Golf VII en la planta de Puebla representará una inversión de 700 millones de dólares por parte de Volkswagen, es decir poco más la mitad de lo que destinará Audi en su planta de coches, y además en menor tiempo.
Adaptar las líneas de producción y capacitar personal se debe hacer en un plazo muy corto, para que el ensamblado del Golf VII inicie en 2014.
Independiente de ello, se rumora que VW prepara otra inversión millonaria, por lo que el gobierno del estado ya le prepara un terreno para la nueva nave.
Dicen los que saben, Volkswagen aún tiene espacio para expandirse en Cuautlancingo, pero no desdeñaría la oferta gubernamental de un predio en las inmediaciones de Tepeyacualco, Libres o Lara Grajales.
En menos de un año VW hará lo que Audi tardará tres años en construir su planta.
Puebla pretende mantener encendidos los motores de ambas ensambladoras alemanas, pese a la advertencia del gobierno federal de que vigilará con lupa cualquier ofrecimiento de los gobiernos estatales para que no comprometan el futuro económico de las entidades ni den más de lo que el capital privado realmente ofrece.