Los requisitos que marca la Convocatoria son muy simples: Ser ciudadano en pleno uso de derechos, no ser ni haber sido (6 años antes) funcionario ni dirigente de partidos, asociaciones políticas o iglesia de cualquier culto, tener 30 años cumplidos, tener una profesión universitaria y… ya. Copias de todos los documentos e identificaciones y punto.
Pero por ahí no va el problema. Cualquier profesionista puede entonces aspirar a que su nombre sea valorado para ser Consejero electoral en Puebla. Los detalles son otros.
En primer lugar, es natural que muchos quieran ser Consejeros desde el punto de vista laboral, pues el desempleo es duro en Puebla y lograr colarte al cargo significa que ganarás casi 100,000 pesos más prestaciones, viáticos, seguros y asistentes. Ya resolviste tu bronca y pago de cuentas seis añitos, pues.
Por lo anterior, la lista de aspirantes se llena de no pocos desempleados –con derechos, pues- que no cuentan con experiencia ni preparación alguna para el cargo. Pero por otro lado, también hay los que quieren seguir succionando ubre presupuestal, que ya son Consejeros o funcionarios del Instituto y pues no quieren bajarle a su nivel de vida (al que ya se acostumbraron…).
Hay otros que sin ser dirigentes partidistas SI son miembros de algún partido, de acuerdo con los padrones de esos Institutos que casualmente tengo a la vista. No me explico cómo alguien que sí pertenece como militante a un partido político, pueda y quiera ser un Consejero imparcial hacia los propios partidos. Inexplicable, pero así es.
Finalmente, todos sabemos –Don Pepe Alarcón, viejo lobo priísta, nos informó de ello en uno de sus últimos libros- que los “finalistas” de la lista son aquellos que van “apadrinados” por algún político, partido o Universidad que respaldan sus aspiraciones por ser afines –ideológicamente o hasta formalmente- justamente a uno de los Institutos políticos en el Estado o bien al Ejecutivo en turno.
Pero el problema mayor no es la lista de aspirantes, sino quiénes y cómo llegarán a ser finalmente los Consejeros del máximo órgano electoral poblano y que organizará –supuestamente- en forma imparcial y transparente los procesos comiciales locales de los próximos seis años.
La lista definitiva de los que serán los próximos Consejeros será votada… por los Diputados del Congreso del Estado, quienes previamente cabildean entre ellos quiénes son los Consejeros que les conviene… a cada uno de los partidos. Y de esta manera se reparten en forma proporcional –y descarada- a los nueve integrantes del Consejo general del IEE de Puebla.
Así ha sido desde que a principios de los años 90 del siglo pasado se organizó el Instituto Electoral del Estado: Los partidos, de acuerdo a su presencia en el Congreso, se reparten el nombramiento de los Consejeros, supuestamente imparciales.
Y viendo el actuar de los actuales Diputados en Puebla, quienes se comportan como empleados del Gobernador –los de su partido y alianza y los que son supuestamente opositores-, pues entonces ya sabemos dónde se “palomeará” la lista definitiva de los nuevos Consejeros, imparciales, experimentados y sin compromiso político alguno.
¿Qué antes fue distinto?
Nunca, es cierto.
Sin embargo siempre creemos que las cosas cambiarán. O bueno sí han cambiado… para que todo siga igual, Lampedusa dixit.
Así es. El IEE… una vacilada.
Twitter: @rodolforiverap
