22-11-2024 04:00:44 AM

Reglamentar encuestas…

alpie12

Es decir, uno de los grandes culpables de que la mayoría de mexicanos no hayan votado por sus candidatos –a la Presidencia, al Senado, a las Gubernaturas que se jugaron-, fue la perversa difusión de encuestas, como si la publicación de las mismas hubiera tenido más peso que todas las tarugadas que hicieron como gobierno y –desde luego- como abanderados de una propuesta que, simplemente, fue rechazada.

Desde hace mucho se ha venido discutiendo si las encuestas publicadas influyen en los ciudadanos. Y los estudios serios que se han hecho en todo el mundo han demostrado que eso no ocurre. Por varias razones.

En primer lugar porque la mayoría de la población no solo no entiende sino que ni siquiera se entera de lo que dicen las encuestas. En México solo un 5 o 6% de la ciudadanía reconoce que lee periódicos. Y de ese porcentaje, la mayoría acude a la página de deportes o de espectáculos o del aviso clasificado… pero no a las noticias de política y mucho menos a los análisis editoriales o a las encuestas.

La gran mayoría de la gente se entera de lo que ocurre en política por lo que ve en la Televisión. Y efectivamente, ahí se difundieron también las encuestas de preferencia pre-electoral, pero es poca la atención que se les brinda. Se han hecho estudios serios (se acaban de presentar algunos en el Congreso de la propia Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado y Opinión Pública, al cual asistimos hace unos días) e incluso, un buen porcentaje de ciudadanos afirma que las encuestas sí son un instrumento científico para saber preferencias, aunque éstas pueden ser “manipuladas”.

Pero aún aceptando que la gente sí se enteró de las preferencias expuestas en las encuestas publicadas, eso no quiere decir que hayan decidido su voto por lo que éstas decían. Eso es subestimar a los mexicanos. Se ha comprobado que un porcentaje ínfimo de ciudadanos acepta que emitió su voto en base a lo que observó de alguna encuesta (¡1 0 2 %!!).

En el BEAP, S.C. realizamos una muy certera Encuesta de Salida (sus resultados en Puebla tuvieron variaciones de menos de 1% con respecto al resultado final y en algunos estimadores… del ¡0 %!) y ante la pregunta sobre por qué había votado el ciudadano por uno u otro candidato, el tema de las encuestas publicadas alcanzó los pequeños porcentajes ya mencionados.

No. Es totalmente falso que las encuestas publicadas orillen a votar a alguien por “el que va ganando”. Al contrario, creemos que algunos hasta confirman que votarán por el candidato de su preferencia al ver que en la encuesta no va “arriba”. En otras palabras, las encuestas pueden tener un efecto contrario hacia el que aparece como “puntero”.

No. Entiéndanlo perdedores: Las encuestas no fueron las causantes de su derrota. El ciudadano vota por un montón de motivos, algunos racionales y otros no tanto: Por el candidato (bueno o malo), la campaña (de aciertos o errores), por tradición (los menos), por castigar a un partido gobernante, porque no quiero que gane cierto candidato… y hasta porque un candidato sea atractivo, buen o mal orador o, simplemente, porque se les pega la gana en el momento de estar frente a la boleta en la casilla electoral.

Créanme que las encuestas no son mencionadas por casi nadie como motivación para sufragar por alguien. Si eso fuera cierto… entonces Enrique Peña Nieto efectivamente hubiera ganado por más de 20 puntos porcentuales de ventaja sobre su más cercano contendiente (AMLO).

Por todo lo anterior, considero una posición al menos desinformada (además de tontita) de los legisladores panistas el que atribuyan a la publicación de encuestas uno de los motivos de su espantosa derrota.

Y lo peor: Querer reglamentarlas hasta casi prohibirlas. Que debe haber una “misma metodología” para todas; que debe limitarse aún más su publicación… hasta de plano declararlas ilegales y si alguien publica una ¡sea considerado como un delito! ¿Pues qué vivimos en Cuba o China? ¡NO manchen!

Me parece un despropósito y un absurdo. En cualquier país democrático del mundo la medición de la opinión pública es justamente un factor de avance en los procesos de participación ciudadana. Y lejos de estar prohibidas, son alentadas por los partidos y por las organizaciones civiles.

Y si hay encuestas que publiquen resultados erróneos (por dolo, por errores metodológicos o por tarugos)… ¡pues qué bueno! Ya sabrá la gente si creerles o no para el siguiente proceso. Es como si quisiéramos prohibir los noticieros televisivos porque no creo en lo que dicen… Si eso ocurre, pues a cambiar de canal y punto.

En fin. Espero que no prospere la intentona blanquiazul de querer reglamentar aún más las encuestas (ya existe una muy detallada reglamentación en el IFE, que todas las encuestadoras serias respetamos). Sería un absurdo y un atentado a la libertad de trabajo y expresión.

Mejor seleccionen bien a sus candidatos y hagan buenas campañas o mejores gobiernos… ¿no?

Eso sí, para aumentar su rabia… Seguimos y seguiremos encuestando. Faltaba más.

Twitter: @rodolforiverap

jriverp@yahoo.com

www.beap.com.mx

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