Unos más, otros menos, con más éxito o con sendos fracasos, Fernando Manzanilla, Jorge Aguilar Chedraui, Antonio Gali Fayad y Amy Camacho Wardle, recibieron el “permiso” para “posicionarse” (palabrita de moda que hoy todos mal usan) y ver si tienen posibilidades, de acuerdo a las numerosas encuestas que ya se hacen en Puebla (¿pues no que no servían para nada?… pero ese será tema de otra entrega).
El enorme problema es que, independientemente de lo que ellos hagan para ganar adeptos o la tremenda “operación” que es planeada desde Casa Puebla para hacer ganar a uno (s) de sus pupilos (primero en la interna panista y luego en la elección constitucional), sea quien sea el abanderado (del PAN, hasta el momento… porque podrían ir por otro partido o alianza de partidos) tendrá que cargar con el pesado lastre de la muy cuestionada e incapaz administración municipal de Eduardo Rivera Pérez.
Sí, sea quien sea el candidato del Gobernador, le costará mucho trabajo quitar de la mente de los electores –ciudadanos comunes y corrientes- la enorme bola de problemas que aquejan a la ciudad de unos meses para acá, destacando la brutal inseguridad y, desde luego, la terrible situación con los miles y miles de baches que infestan la capital del Estado.
Eduardo Rivera ha hecho poco menos que el ridículo, pues su principal promesa de campaña, el mentado programa de las “Mil Calles” (que por cierto nunca se cumplió a cabalidad por la peculiar manera de medir las calles que tienen en el Ayuntamiento panista) ha sido absolutamente rebasado por el asqueroso estado en que se encuentran prácticamente todas las vialidades de la Ciudad de Puebla.
El pretexto de Lalo Rivera y sus inútiles funcionarios es que “los baches son resultado del mal encarpetamiento de anteriores administraciones” y puede que haya algo de cierto… pero el actual gobierno está tapando baches exactamente igual que sus predecesores que tanto critica, por lo que ya se están destapando los primeros baches que tapó hace unas semanas. Total: Inepto que se queja de ineptitudes anteriores. Valiente argumentación.
Lo cierto es que ya son cientos –miles quizás- de automovilistas que han dañado sus llantas, rines, suspensiones y carrocería en general por los cientos y cientos de baches que hay que sortear para llegar a la casa, escuela o trabajo. Y mala noticia para Lalo Rivera: Las lluvias seguirán y aún no llegan las peores.
Y por el lado de la inseguridad ni qué decir. Ya son cosa cotidiana los asesinatos en la vía pública y la ola de asaltos, robos de autos y autopartes, robos a casas habitación, a negocios y a bancos es ya imparable. Nunca habíamos estado así, en serio. Nadie puede negarme esto.
Y lo peor es que los electores tienen maldita memoria.
Entonces, regresando al tema original, menudo trabajo les costará a los candidatos panistas el convencer a los electores en poco más de 10 meses que falta para la elección, que los gobiernos panistas “trabajan bien”.
Al contrario, creo sinceramente que se está gestando lo que ya es común en casi todas las elecciones locales: Un fuerte voto de castigo al partido que gobierna –sea el que sea-, por no satisfacer correctamente las demandas ciudadanas.
Y sí, ya lo estamos midiendo en el ámbito demoscópico. El PAN ha caído ya en preferencias y el PRI vuelve a subir. El PRD se mantiene competitivo, aunque ya también perdió el empuje que le daba López Obrador. Lo sé, lo saben, lo sabemos.
Entonces junte usted este cocktel: Pésima administración panista en la capital, un candidato que evidentemente no logre despertar entusiasmo (hablo de cualquiera de los “4 fantásticos”… coleros en las encuestas), voto de castigo contra el panismo al igual que en muchos sitios del país; contra un PRI que viene “embalado” por el factor Peña Nieto, con un candidato fuerte (¿Agüera? ¿Dóger?) y recordándole a la gente lo mal que ha trabajado Lalo Rivera… y ya sabemos cuál puede ser el resultado de la elección de julio de 2013.
De plano, el Gobernador debería analizar seriamente si le conviene que uno de sus pupilos vaya como candidato del PAN, ante el evidente peligro de que pueda perder. ¿O ya lo habrá pensado?
¡Plop!
LA NOTA AL PIE…
Estamos quizás a un par de días (creo que no pasa de esta semana) de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal califique la elección presidencial como válida y como consecuencia declare a Enrique Peña Nieto como Presidente electo. Las “cientos de miles” de pruebas del fraude que gritan los lopezobradoristas no pasaron de ser una vacilada que ni ellos mismos las toman como algo serio (tanto que sus grupos parlamentarios y líderes de bancadas ya hasta andan negociando cómo será la toma de posesión y hasta las oficinas que ocuparán).
El problema es que no faltarán los despistados (y de buena fe, por cierto) partidarios del Peje que estén dispuestos a “pelear hasta las últimas consecuencias” ese fallo por venir. Veremos algunas manifestaciones en el D.F. y algunas ciudades del país. El #yosoy132 saldrá unas veces más a las calles. Pero los cientos de miles de inconformes ya solo son algunos miles… y algunos cientos o algunas decenas en algunas ciudades.
Pero lo anterior no significa que el movimiento morirá. Para nada. Andrés Manuel López Obrador iniciará una “caravana” contra la imposición por todo el país. Exactamente igual que a partir de 2006. Con algunos cientos de seguidores en cada plaza. Hasta que decida de una vez por todas fundar su propio partido, que lo postule a la Presidencia en 2018 y seguramente en 2024 y 2030.
Sí, hay Peje para rato. Con toda la flojera que eso significa.
Twitter: @rodolforiverap
www.beap.com.mx