Son datos de hoy mismo a las 7 de la mañana… y por eso hasta ahora me avoqué a escribir los siguientes juicios:
1.- Enrique Peña Nieto siempre tuvo la ventaja en las preferencias en las mediciones nacionales. Y efectivamente, Andrés Manuel López Obrador subió las suyas en no pocos lugares, pero no le alcanzaron en la cobertura de todo el país.
2.- ¿Razones de lo anterior? Se escribirán seguramente libros sobre ello. Lo cierto es que cuando un candidato hace una buena campaña, respetando desde el principio lo que dicen las tendencias y haciendo caso omiso a los ataques de los adversarios, es difícil que pierda. ¿Por qué la mayoría de mexicanos prefirieron al “tonto” Peña Nieto y no al “inteligente” López Obrador? Pues porque una cosa es lo que dicen los medios y los “intelectuales” y otra lo que capta la gente, que por cierto no acostumbra a leer columnas periodísticas.
3.- Las mediciones de las empresas encuestadoras serias nuevamente dejan claro que cuando se aplica una metodología acertada, los resultados siempre se acercan a lo medido previamente, sin ser necesariamente una predicción. No obstante, muchos decíamos que se cerraría la elección al final y que Peña Nieto ganaría por menos de 10 puntos… como efectivamente ocurrió.
4.- Algo importante: No hay que anteponer nuestras simpatías partidistas a los resultados de las mediciones demoscópicas. Esa actitud, aunque imperceptible, sesga un poco el trabajo de campo. Mejor hay que hacer un trabajo consistente y observar las tendencias. Una sola encuesta ya no te dice lo que puede pasar. Hay que hacer seguimiento, analizar los datos, interpretar las tendencias. No hay que irse con fintas, pues.
5.- Sobre Puebla, aquí mismo dije una y otra vez que habría voto diferenciado, por aventurado que pareciera. Y al final se comprobó: Hubo un muy buen número de personas que votaron por Andrés Manuel López Obrador pero al mismo tiempo por las candidatas del PRI al Senado y los candidatos del PAN a las Diputaciones. Lo escribí porque así lo decían las mediciones. No era una puntada ni un latido.
6.- Por lo anterior, a no pocos les parecía que como la mayoría de las personas decían que votarían por López Obrador, eso “arrastraría” irremediablemente a los candidatos perredistas a los demás cargos. Ya ven que no es así. Aunque en Puebla capital ganó López Obrador, las Diputaciones las ganó el PAN (y aún está cerradísima la lucha en el Distrito 6).
7.- Otra cuestión importante: El que en una ciudad o un Distrito haya una preferencia muy clara por un candidato a la Presidencia de la República, eso NO quiere decir que a nivel nacional sea la misma tendencia. Por terrible que eso les parecía a los partidarios de López Obrador. Eso me pasaba hace más de una década. No lograba entender que una cosa es la preferencia Municipal o Distrital y otra la Estatal y por supuesto la Nacional. La madurez… viene con los años.
8.- Finalmente, ya tenemos nuevo Presidente de la República. Es del PRI. Ahora debemos ver si han cambiado los priístas o no. Si la orfandad de poder los hizo reflexionar. Si verdaderamente Enrique Peña Nieto representa a una nueva generación de su partido. Ya lo veremos. Pero eso sí: No adelantemos vísperas.
9.- Nos vemos la próxima elección. ¡Ooops! Pero si ya está aquí. Hoy comienza el proceso 2013 local. Claro, aquí estaremos.
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