Se espera que las elecciones del próximo domingo se realicen sin problemas, que la población salga a votar, y que el resultado sea aceptado por los contendientes.
A nivel internacional, el panorama económico resulta inquietante. La zona europea enfrenta la crisis de deuda, con severos ajustes que repercutirán en la población y que empezarán a notarse en los próximos meses; en tanto que Estados Unidos se mueve en la línea de la recesión o de mantener un lento crecimiento, aunado a que éste último también registrará elecciones en noviembre.
Un conflicto postelectoral en México, obviamente, tendría repercusiones inmediatas no sólo en lo político sino en lo económico. Se rompería el “blindaje” económico con un ambiente político adverso.
En contraparte, si el resultado de los comicios es aceptado por todos pero no se logra un entendimiento inmediato entre el gobierno saliente y el entrante, se enviarían señales de alerta a los mercados y a los inversionistas.
Ya lo comentábamos en una colaboración anterior que, el nuevo presidente de México debería tener pleno control de los hilos de la economía para evitar que se descomponga la estabilidad “macro” que ha mantenido el país durante varios años, aunque en lo micro las cosas no marchen del todo bien.
Por ello, no bastará con que el resultado sea aceptado por los contendientes, sino que de inmediato quien resulte triunfador establezca la comunicación con el gobierno calderonista para elaborar el presupuesto federal 2013, para que la nueva administración cuente con los elementos suficientes para operar.
Aunado a ello, entre más pronto se concrete la relación entre los nuevos integrantes del poder Ejecutivo y del Legislativo será factible aprobar algunas o varias iniciativas de ley que faciliten la movilidad de la economía del país.
El temor está para la población que dichas iniciativas, si se llevan adelante, incluyan impuestos o eliminación de subsidios, sin que haya un contrapeso al magro poder adquisitivo y la baja calidad de empleo que prevalecen desde hace años.
De todos modos, la capacidad de operación del nuevo gobierno en coordinación con el saliente será básica para que el “blindaje” se sostenga, y no se descomponga el clima económico del país.
Un papel fundamental jugarán los cuatro aspirantes a la Presidencia de la República para evitar que se enrarezca el ambiente postelectoral.
Su discurso y acciones a partir de las 20:00 horas del próximo domingo 1 de julio, serán determinantes para que la jornada culmine sin contratiempos, sobre todo que a partir de las 20:00 horas y hasta las 23·30 el IFE realizará el conteo rápido y dará a conocer la tendencia de quién es el virtual ganador de la contienda,
Esas tres horas serán determinantes para que los cuatro contendientes y sus equipos envíen señales adecuadas, que contengan a grupos que pretendan inconformarse con el resultado y no provoquen un desplome del “blindaje” económico.
