A inicio del presente año se anunció un descuento del 5 por ciento en ese rubro, el cual se suma al nuevo aplicado a mediados de abril, con lo que los trabajadores de base del gobierno del estado sufrieron ya en sus cheques una nueva merma de entre 400 y 500 pesos, de acuerdo con el tabulador de prestaciones.
La medida, que de acuerdo con algunos de los afectados, también se aplicará a trabajadores de confianza y de honorarios, ha generado una ola de protestas al interior de las dependencias, y contínuas críticas en contra no solo de sus jefes sino también de su líder sindical, Héctor Posadas Manzano, quien convertido en un verdadero inútil, nada ha hecho para detener el abuso al que son sometidos.
Inclusive, los burócratas han optado por “no contar” con el dinero de las compensaciones a la hora de hacer sus cuentas personales, pues no saben si al final del mes les será pagado o sufrirán otro recorte en los próximos meses, por lo que tienen que ajustarse a lo que reciben de salario.
Conocido comúnmente en el medio como “radio pasillo”, al interior de las oficinas de gobierno crece la molestia porque por un lado se derrochan grandes cantidades de dinero para festejos poco trascendentes, pero por otro lado se lesiona su economía familiar, además de que se sigue suprimiendo el gasto corriente para la dotación de insumos para su trabajo, como el caso de papelería.
Y eso sin contar que prácticamente los hicieron un lado para ser partícipes de las ceremonias y festejos, sólo los de honorarios y confianza fueron invitados, claro no de manera VIP, para poder asistir.
Además, nuevamente les fueron suprimidos los festejos, está vez por el 10 de mayo. Tradicionalmente, se organizaban desayunos y rifas para todas las trabajadoras mamás y se les daba el día libre. Como desde diciembre del año pasado, las fiestas han quedado a la libre decisión del secretario de cada dependencia, con la advertencia de que no ha recursos, y si hacen algún convivio, lo tendrán que solventar de su bolsa.
Por si fuera poco, también se les está presionando para que no “hablen con la prensa” y den a conocer su inconformidad. Fuentes al interior de la Secretaría del Medio Ambiente, por ejemplo, confirmaron que son “persuadidos” por su jefes de departamento para que eviten hacer comentarios fuera de sus oficinas que pudieran trascender a los medios de comunicación, pues “al gobernador le molesta mucho que se publiquen cosas que afectan su imagen” (sic).
En aras del “cambiar las cosas”, el actual gobierno ha polarizado su relación con los propios trabajadores, quienes en reuniones en corto inclusive han iniciado pláticas para llevar acciones de protesta, como paros laborales; tratando de mejorar su actual situación laboral.
Sería, sin lugar a dudas, un duro golpe para la actual administración que presume de hacer las cosas diferentes, sobre todo, porque son muchos los casos en que los “profesionales” traídos de otras entidades, han demostrado ser unos verdaderos inútiles y los burócratas que aún conservan su puesto, han demostrado ser capaces de terminar el trabajo.
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