Por Valentín Varillas
Gaby Bonilla, en apenas dos años, le dio un giro radical a la política asistencial poblana.
De entrada, porque ésta se ha llevado a cabo al margen de protagonismos, egos o intereses de tipo político o electoral.
Con un auténtico interés y una probada vocación de atender realmente las necesidades de los grupos vulnerables.
Y esto marca una diferencia diametral con el pasado.
Reciente y no.
Para hacer lo que ella ha hecho, es necesario tener una auténtica y probada vocación de servicio.
Esto no se puede ensayar.
Mucho menos actuar.
Se notaría a leguas, como en otros muchos casos en donde fue evidente que, quienes tuvieron en su momento esta responsabilidad, se metieron en una auténtica e incómoda camisa de fuerza.
Y es que, aquí no hay clases, cursos o diplomados, que te enseñen a interesarte realmente por la situación de los más desfavorecidos.
Pero sobre todo: es imposible aprender a conectar con la gente.
Con eso se nace, o de plano no.
Gaby Bonilla se ve muy cómoda y natural en el papel que le ha tocado desempeñar en el servicio público estatal.
En este contexto ha fluido la cara amable del gobierno del estado.
Para muchos, todo lo anterior podría ser muy ambiguo, a pesar de que en los hechos resulta más que evidente.
Pero existen acciones muy claras, contundentes, que nos dan materia prima adicional para un análisis más completo.
La manera en la cual se trabajó en el marco jurídico en materia de adopciones, para facilitar y volver mucho más claro, confiable y transparente el proceso.
Decenas de niños, niñas y adolescentes cuentan con una familia, gracias a esto.
La colocación de implantes cocleares, vino a revolucionar la política asistencial poblana.
Menores de edad con problemas auditivos, a los que hoy se les cambió la vida.
Miles de aparatos rehabilitatorios y cientos de prótesis para personas con discapacidad, de todas las edades, a lo largo y ancho del territorio poblano.
Y esto es muy importante: aquí no hubo centralismo.
No se privilegió la zona urbana y sus municipios vecinos, para intentar atraer únicamente los reflectores mediáticos de estas acciones.
Además de lo anterior, habrá un legado tangible.
Quedan obras como las instalaciones de la Procuraduría de Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la Escuela de Oficios para Casas de Asistencia; la rehabilitación de las Oficinas Administrativas de la Dirección de Asistencia Médico Social, el Centro de Rehabilitación Integral Infantil y la Casa de Ángeles.
No es casualidad entonces , que la iniciativa privada se haya sumado gustosa a apoyar los programas y proyectos del DIF estatal.
Y de qué forma.
Los empresarios se alejan cuando hay dudas en torno a la eficacia o eficiencia de las acciones de gobierno, pero sobre todo, cuando no tienen certezas en el tema de la honestidad y la transparencia.
No fue el caso aquí.
Ni de cerca.
Coincidirán con la evaluación aquellos que tengan la madurez y el valor para dejar a un lado los intereses personales, políticos y de grupo.
Los que prefieran optar por las filias y las fobias, estarán condenados a que la bilis que secretan, les nuble la claridad de visión necesaria para entender que, en materia de atención a las causas sociales, es urgente y necesaria la suma de todos.
Absolutamente todos.