Por Jesús Manuel Hernández
Pocas veces los ciudadanos mexicanos han estado tan presionados por decidir su voto como en estas elecciones que culminarán el 2 de junio.
Y no me refiero sólo a las estrategias de los candidatos apostados por obtener la Presidencia de México, las gubernaturas, presidencias municipales, y principalmente por influir en quienes serán los representantes de la sociedad mexicana en las Cámaras de Senadores y Diputados, escenarios donde según se desprende de todos los análisis vistos, oídos y filtrados, se dará la verdadera batalla por el gobierno en los próximos años.
Quizá cuando la elección de Luis Echeverría Álvarez se haya vivido una presión tan fuerte sobre los electores.
La presión de la Iglesia Católica, según las entidades, se viene dando, puntual, organizada y con un sello donde la sociedad civil está más que involucrada.
Se ve, se siente, que la Iglesia busca influir en los resultados electorales y se percibe que si la sociedad está dividida, la iglesia también lo está respecto de quien debe ganar.
Así, hay obispos que apoyan a Xóchitl, y otros que no ven mal, aunque no apoyen abiertamente a Sheinbaum. En ambos casos prevalece una convocatoria que pretende separarse de la izquierda o la derecha, bajo una premisa: no hay candidatos perfectos.
Los ciudadanos enfrentamos una dicotomía, o se construye el segundo piso de la 4T o desmantelamos el primer piso y reconstruimos otro.
Desde la semana pasada en las rejas o puertas de las iglesias aparecieron mantas con la leyenda “Con fe y compromiso VOTA, ¡Vayamos a votar por un México unido y en paz” y firma la Conferencia de Episcopado Mexicano.
Volantes de mano también son repartidos entre quienes acuden a las celebraciones religiosas, ahí se destacan estos puntos:
1.- Piensa tu voto. Antes de votar, asegúrate de saber bien lo que estás decidiendo. Tu voto es como tu voz, así que úsalo con confianza y sin que nadie te lo quiera quitar. ‘Vota sin miedo y con libertad!
2.- Vota pensando en lo mejor para todos. Busca a los que están comprometidos con un México unido. Queremos un país donde se respeten nuestros derechos, donde haya seguridad y justicia para todos.
3.- ¡Vota, así, puedes exigir! Elige a los candidatos que te representen de verdad y luego recuérdales que cumplan lo que prometieron.
4.- ¡Vota libremente y sin condiciones! Confía en lo que dice nuestra Constitución y no atiendas rumores sin fundamento. Los apoyos y programas sociales son un derecho tuyo y de todos los ciudadanos. ¡Tus derechos están protegidos por la ley y nadie te los puede quitar!
5.- Todos debemos votar. Anima a tu gente a que vaya a votar el 2 de junio. Que lo hagan sin miedo y con ganas. ¡Por un compromiso por la paz y el bien común!
Nunca como antes la Iglesia católica se ha volcado a conseguir mover a los electores para votar, un asunto interesante bajo la óptica política, supondría que los partidos políticos y autoridades electorales han perdido la capacidad de animar a votar y surge esta tercera vía, quizá de buena fe, quizá necesaria, o quizá parte de otra estrategia dentro de lo que algunos llaman el “Plan B”.
Interesante será ver qué postura asumirá la CEM tras los resultados del 2 de junio, quizá si actuaron de buena fe, debían convocar a las partes, sobre todo a quienes pierdan, a mantener la unidad y la paz por México.
O por lo menos, así me lo parece.