Por Rocío García Olmedo
Dos textos recién publicados que se entreveran, analizan las últimas elecciones en el estado de Puebla. Un ensayo y un libro.
El primero de la autoría de Valente Tallabs “Elecciones en Puebla: entre la inestabilidad política y la violencia electoral” publicado por la revista Nexos (15/05/2024).
El segundo un texto recién presentado de la autoría de Víctor Reynoso “Algo sobre el cambio político en Puebla. Congreso, autoritarismo local y elecciones de gobernadores”
Ambos abordan las últimas elecciones poblanas desde la del 2018.
Como en el sistema hegemónico, parece que es una persona la que decide quienes serán las personas postuladas. “Cambian los partidos en el poder, pero los políticos en él siguen siendo los mismos.” El deceso fatal de la gobernadora Martha Erika Alonso y su esposo Rafael Moreno Valle, acabó con el morenovallismo, no con las condiciones del autoritarismo local. “Cambió el partido en el poder, pero la forma de ejercer el poder no cambió” -sostiene el Doctor Reynoso- y nos invita a profundizar el análisis.
La violencia político electoral sigue presente en el estado de Puebla, nos recuerda el Maestro Tallabs “los comicios de 2018 pusieron a Puebla en el epicentro de la violencia (…) fue la entidad donde más actos delictivos se registraron durante este período” hoy no es muy diferente.
La violencia inhibe la participación política y en Puebla tenemos también un ejemplo muy claro la elección de la gobernadora Martha Erika Alonso alcanzó una participación del 67 %, un año después en la elección del gobernador Luis Miguel Barbosa, la participación se redujo al 33%.
¿Habremos aprendido las lecciones que nos han dejado los hechos vividos en Puebla en las elecciones de los últimos años? Tal vez por eso muchas voces impulsamos que de forma coordinada pero urgente las autoridades cumplan con otorgar la paz que se requiere para la llegada a la jornada electoral y que no pretendan con ello inhibir el voto.
Todas, todos, hemos aportado desde las diversas trincheras en las que vivimos en la construcción de nuestro país y de nuestro estado, lo hemos hecho desde la diversidad de formatos que cada uno/a tuvimos a nuestro alcance en las diferentes etapas de nuestra formación, nos manifestamos, luchamos, trabajamos duro, construimos redes y fuimos alcanzando nuestros derechos a partir de nuestras causas.
Por eso no queremos retrocesos y por eso hoy muchas, muchos, recordamos frecuentemente El Mañana un poema de José Emilio Pacheco:
“A los veinte años nos dijeron: «Hay
Que sacrificarse por el Mañana».
Y ofrendamos la vida en el altar
Del dios que nunca llega.
Me gustaría encontrarme ya al final
Con los viejos maestros de aquel tiempo.
Tendrían que decirme si de verdad
Todo este horror de ahora era el Mañana.”
Todo este horror que vivimos en México en materia de inseguridad no queremos que continúe. Nosotras no queremos que ese sea el mañana para nuestros hijos, hijas, nietos y nietas, y por eso todas, todos a votar el 2 de junio.