Por Alejandro Mondragón
Con la brújula perdida, opositores a la Cuarta Transformación tuvieron la gran oportunidad de hacer suya la narrativa del despojo de las Afores para colocarse del lado ciudadano.
Peeeero, ¿qué creen?
La dejaron ir.
Optaron por recurrir al papel de víctima de una elección de Estado que por donde se analice, simplemente no existe.
El detonante sería la supuesta amenaza contra Mario Riestra, el candidato a la alcaldía poblana. Era el momento frente a la inseguridad que priva entre candidatos/as.
Enlodaron al gobierno de Puebla con el argumento que la acción contra el señoritingo Riestra es resultado de la elección de Estado, la persecución política y falta de neutralidad.
En la Ciudad de México, priistas, panistas y perredistas se lanzaron al martirologio, sin advertir el efecto boomerang que traería el tema Riestra, pues resulta que en el pleito no participó ningún funcionario, operador o candidato, sino se trató de un vecino de San Francisco Totimehuacán, quien admitió sus culpas, pero dijo que jamás amenazó a Mario y ya dio la cara.
Así la historia de la elección de Estado y persecución política no ha cuajado. La oposición va por la denuncia anticipada de fraude y hasta Jorge Romero (PAN), Rubén Moreira (PRI) y Javier Huacus (PRD) advirtieron lo que ya pasa en Puebla es causal de nulidad de la elección.
¿En serio?
Ya se sienten perdidos en la plaza, pero no hay que olvidar que el mismo martirologio se repite en los estados donde se renovarán gubernaturas. La misma cantaleta.
En tanto, temas como la defensa de los cuentahabientes de las Afores les paso de noche.
Tan lejos del ciudadano y tan cerca de Alito Moreno.
Es la oposición a la 4T.
