28-04-2024 12:05:22 AM

A la deriva, la dignidad política

Por Yasmín Flores Hernández

 

La dignidad, para Kant “no está en venta”, es algo que no tiene precio, que tiene un valor interior, no se puede comprar ni vender, por mucho que los depredadores de la corrupción siempre la tienten.

 

La dignidad se tiene o no se tiene.

 

Las grandes culturas que fueron la cuna de nuestra sociedad, en política, Grecia, o en Derecho, Roma, en su época de esplendor, ya fuera la democracia ateniense o los momentos más gloriosos de la República Romana, defendieron con vigor que, sin dignidad, no es posible la política.

 

Es un término que etimológicamente procede de la palabra latina dignitas: ser digno, de merecer.

 

Se dice que una persona tiene dignidad cuando gobierna sus acciones con gravedad y decoro; o, lo que es lo mismo, con grandeza y honor. En este contexto, la palabra grandeza ha de ser entendida como elevación de espíritu o excelencia moral, y la expresión honor como «cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo».

 

Sin dignidad, sin hacerse merecedor de esa responsabilidad pública, no se puede ser un buen político.

 

La dignidad es una condición mínima para ejercer la política, no suficiente, pero sí imprescindible.

 

Hoy parece que hemos renunciado a ella, al igual que a otra de las características que deberían definir su práctica: la capacidad de hacer cosas extraordinarias.

 

Si la política fuera tan solo la gestión ordinaria de lo público, ¡qué necesidad tendríamos de ella y de políticos que la ejercieran!

 

En una primera aproximación, la dignidad personal, así conceptuada, parece que hace referencia a una conducta tan sublime que estaría al alcance de muy pocos.

 

Si esa fuera la impresión que producen las palabras que anteceden, habría que reconocer que ha caído tan bajo nuestro nivel de excelencia moral que llegamos a considerar excelso lo que debería ser normal.

 

El político -en ejercicio- debe saber que tiene un deber y una obligación, cual es la impoluta ejemplaridad, para hacer bien su trabajo,  y no solo para venderse con un producto de marketing.

 

Pedirles que ejerzan con dignidad su función, y de ser posible de manera extraordinaria y honrada, parece un cuento de hadas.

 

Si de la óptica de la ciudadanía en general, nos trasladamos al ejercicio de la actividad política, no tengo ninguna duda de que al político hay que exigirle un nivel de dignidad en grado sumo.

 

Y es que el político no gestiona sus propios asuntos, sino el interés general de todos los ciudadanos, por lo cual en el cumplimiento de los deberes inherentes a su cargo debe comportarse con el máximo grado de excelencia moral.

 

Hemos perdido la ilusión por la política, la esperanza de, a través de ella, mejorar la justicia, la libertad, la igualdad de las cosas concretas, esas que vemos que nos afectan en el día a día, a nosotros y a las personas que nos rodean, no esas banales banderas abstractas que utilizan unos y otros sin ningún significado real, vacías de convicciones.

 

Es inconcebible que un político se encuentre más atento a salvaguardar su estatus, quién sabe si por dinero, ambición, poder o todo ello junto, que de preocuparse por el bienestar, por el presente y por el futuro de aquellos ante quienes debería responder.

 

Nadie les pide a los políticos que sacrifiquen su vida, como en el pasado otros tuvieron que hacer, pero ¿es mucho pedir que no mientan, que sean coherentes, que sirvan al bien común, que planteen soluciones a los problemas concretos que afectan a las vidas concretas de los ciudadanos y no desvaríen con frases hechas que no se creen por mucho que las pronuncien enfáticamente?

 

Que sean dignos de su responsabilidad política.

 

Basta mirar todos los dias las noticias estatales y nacionales para darse cuenta de los actos de corrupción con beneficios multimillonarios en los que los imputados son generalmente políticos.

 

El saqueo al que están siendo sometidas las arcas públicas es tan escandaloso que no solo revela una absoluta falta de dignidad personal y política en el corrupto, sino un desprecio inadmisible por parte de este a los intereses generales de la sociedad, que son los que administra.

 

Y estos intereses, por ser los de todos los ciudadanos, son los que mayor cuidado y dedicación exigen.

 

Ante esta realidad lo peor es resignarse, creer que la falta de honradez es consustancial a cierto tipo de políticos, que nunca desaparecerán y frente a los cuales el ciudadano no tiene otro papel que el meramente pasivo de aceptar que las cosas no pueden ser de otro modo.

 

Ha llegado la hora de decir ¡basta ya!

 

No es cierto que lo de todos, no es de nadie.

 

Es nuestro y, por tanto, intocable.

¡qué duro es defender la política y a los políticos ante las noticias de cada día!, pues dado el panorama, parecen olvidarse que esa, y no otra, servir con dignidad y a ser posible extraordinariamente, ha de ser su función principal.

 

Y de ideoligías ni hablamos, se ha perdido la esencia de cada partido,  simplemente se volvio una orgía de egos.

 

Los priistas se repartieron entre Morena y Acción Nacional. Yo me pregunto qué dirían los fundadores del llamado Partido Nacional Revolucionario, Lázaro Cardenas y Manuel Pérez Treviño, o mejor aún Don Heriberto Jara o Jesús Reyes Heroles de ver como la ideología que ellos construyeron, el PRI 95 años despúes simplemente ya no existe, hoy se rozan, se apapachan, entre todos, olvidandose los desencuentros con la oposición.

 

Y de Acción Nacional ni hablar. fundado en 1939 por Manuel Gómez Morin junto con Efraín González Luna y. 16 personas mas, crean sus estatutos y doctrina.

 

Gómez Morin consideraba que, lo más urgente era crear conciencia ciudadana, para que los mexicanos se percataran de los problemas que tenía el país y despertara en ellos el deseo de participar en la solución.

 

Manuel Clouthier decía en su texto  “Manifiesto a la Nación”, lo siguiente:

“Los problemas del país son la carestía, la corrupción, la desigualdad social,  la deuda externa, el centralismo,  lamentablemente crece diariamente, al mismo tiempo que una camarilla en el poder se burla criminalmente de los esfuerzos del pueblo qué quiere crecer sus derechos y, por medio de ese ejercicio, hacer valer su soberanía.

 

“El régimen agrede constantemente a los ciudadanos en sus derechos, el gobierno ha implantado un sistema de control que ahoga la dignidad y la libertad.

 

“La situación se da en todos los órdenes: el gobierno proclama al Sufragio Efectivo, al mismo tiempo que crea leyes y generaciones para violar sistemáticamente el voto; llamar “democracia” al sistema en que el presidente en turno impone a su sucesor, a los gobernadores y a los presidentes municipales; cínicamente se presenta en el exterior como defensor de la causa democrática, en tanto que trata los mexicanos como si fuéramos habitantes de un país extranjero ocupado por la fuerza.”

 

Hoy los sueños de Maquío simplemente se esfumaron.

 

Lamentablemente Clouthier tenía razón en pleno siglo XXI, el gobierno actual ya eligió a nuestros próximos gobernantes, muchos sin experiencia, otros más con la experiencia de haber robado, el cinismo sin duda esta en todo su  esplendor. Y la dignidad ni la conocen.

 

Como lo he dicho en reiteradas ocasiones los auto-exiliados salieron de su cloaca, al ver que el difunto Luis Miguel Barbosa, ya no los perseguira.

 

Por otro lado, las violetadoras serán candidatas a las diputaciones locales y federales, ocupando a las Universidades como la Ibero Puebla para promoverse.

 

Hoy el Movimiento de Regenaración Nacional está plagado de gente innombrable e impresentable, a Los Puros  no les quedó de otra más que tragarse su soberbía, y poner su mejor cara, ante las decisiones cupulares.

 

Autonombrarse la mejor posicionada, no alcanzó para mucho.

 

En todo esto hubo pequeño detalle, faltó decir que las más posicionada, no era conocida por su buen desempeño, sino más bien por la decadencia de su gobierno, la falta de claridad en sus cuentas públicas aún sin aclarar, las licitaciones fraudulentas, la compra de ventiladores usados, el sobreprecio en despensas en plena pandemía, el acoso, las humillaciones a sus subordinados y la ineptitud dentro de su administración, si, hablo de Rivera Vivanco.

 

Y antes de que puedan decir que lo anterior es violencia de género, les digo:

 

No señores, es la realidad que vivimos tres años los poblanos de la capital, asi que abusados tepeaquenses.

 

Usted que me escucha y mi lee analice cada uno de los perfiles de las coaliciones, cree que nos merecemos a una tik tokera, que nos represente en el Congreso local, alimentando  el clasismo en su maximo esplendor, mofándose de las costumbres y los gustos de los demás, y que simplemente, no es congruente con lo que su partido proclama, la austeridad.

 

Y por más que diga Nay Salvatori que sólo es uno más de sus personajes,  al final del día normaliza el clasismo y  las diferencias sociales.

 

¿Realmente los cholultecas merecen que ese tipo de perfiles los represente?

 

Y asi como estas dos mujeres que sin duda, no me representan,  hay hombres tan cínicos y desvergonzados que se dicen gurus, y sólo van por la vida viendo a quien se friegan, cuando los vea, guarde bien su cartera.

 

Porque aparte de gurus, son unos vulgares rateros y oportunistas. Pero qué más le digo, eso es lo que hay.

 

Podría seguir desmenuzando a cada candidato, pero eso será en otra colaboración, con muchos más detalles.

 

Hablar de los partidos satelites, me da flojera, así como la gente que esta en ellos, personas que sólo están brincando de un lado a otro, a ver quien los toma en cuenta, porque en su vida nunca lograron nada.

 

Sólo le pido a usted que reflexione, analice y genere su propia opinión, no se deje llevar por las sonrisas, los abrazos, las fotos, las gorritas o todo aquello que usaran estos depredadores, recuerde bien que usted y  yo le pagamos su salario, y los contratamos para servirnos.

 

Al termino de esta colaboración sin duda tendré a lo bots de estos personajes, atacandome o si bien me va sus trabajadores en los medios de comunicación estarán respondiendome de una manera burda y vulgar, como solo ello lo saben hacer.

 

Pero a ellos y a usted que me escucha y mi lee, les digo que todo lo que escribo es y será a titulo personal, que aquí sigo y seguiré, por más amenazas que se me hagan.

 

Los poblanos nos merecemos un gobierno de calidad, congruencia, trabajo y mucha vocación social, no permitamos que lleguen los arribistas.

 

Termino mi colaboracion con esta frase:

 

El México nuevo requiere de un mexicano nuevo, solidario, responsable, crítico, participativo y productivo; es decir, con una clara conciencia de su ser, sus deberes y sus derechos.

 

Manuel Clouthier

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