Por Yasmín Flores Hernández
Como lo mencioné en la pasada colaboración, la llamada esclavitud moderna se ha enquistado a tal grado en las sociedad que hay comunidades mexicanas, como Tenancingo, en el estado de Tlaxcala, que basa su economía en las redes creadas por delincuentes para explotar sexualmente a cientos de mujeres, tanto en el país como fuera de él.
La práctica de los padrotes de Tlaxcala es tan común que la misma sociedad de ese estado la ve como algo natural y cotidiano, e inspira a las nuevas generaciones a seguir en esa espiral de violencia de género, donde la mujer es vista como un objeto que puede explotarse indefinidamente para obtener ganancias económicas.
Lo peor de todo, es como queda plasmado en el libro de su vida, donde las propias mujeres están tan sometidas, que desde niñas piensan que no hay para sí otra.
El mundo de varias generaciones de proxenetas tlaxcaltecas que, bajo engaños, secuestros, amenazas y violencia, someten a sus víctimas -mujeres de todas las edades- para obligarlas a que se dediquen al sexoservicio y les generen una riqueza que ha sido estímulo para que otros hombres los imiten.
La trata de personas en Tlaxcala es la herencia maldita que sigue siendo redituable y que siguen practicando las nuevas generaciones; es decir, los hijos o sobrinos de los tratantes o padrotes, como también se les llaman en municipios como Tenancingo, considerado el bastión de la explotación sexual.
La poca acción históricamente de las autoridades ha permitido que los brazos de este flagelo que afecta y lacera directamente a las mujeres siga practicándose en otros municipios de la zona sur.
Historias hay muchas, la actividad de los tratantes es un manual que todos saben, incluyendo a las mismas autoridades, quienes en varias ocasiones describen su modus operandi.
Las historias de mujeres que han logrado escapar de estas redes son desgarradoras, pues entre las violencias que sus propias familias ejercieron sobre ellas y las nulas posibilidades que tuvieron de salir adelante, es como se convirtieron en víctimas de trata: los padrotes lograron aprovecharse de sus vulnerabilidades para luego forzarlas a la explotación sexual.
Los tratantes enamoran a sus víctimas, en unos meses les dan una vida de ensueño, como si se tratara de un cuento de hadas, donde el príncipe cobra vida, tiene nombre y apellido, para después caer en desgracia y pedirles a sus víctimas que trabajen para salir del bache económico y así es como empieza lo que será su peor pesadilla.
Algunos recurren a embarazarlas para que, una vez que nace su bebé, jamás se puedan ir de su lado, ya que los hijos serán su ancla para que nunca abandonen a sus explotadores.
La trata de personas y la esclavitud sexual de mujeres son, desde hace varios años atrás, casi una tradición en Tlaxcala, donde clanes de padrotes han logrado forjar un imperio que incluso se ha extendido a Estados Unidos.
En donde la historia de cinco agrupaciones y sus procesos judiciales en las cortes de Nueva York, han dado mucho de que hablar, junto con algunos testimonios de las víctimas.
El simple hecho de transitar por este municipio, considerado por académicos y activistas la cuna de los padrotes más poderosos del país, da la impresión de que ese fenómeno dejó cimentadas sus bases en las grandes mansiones de estilo californiano abandonadas que abundan en la localidad, así como en los hoteles de paso que la rodean.
Aunque familias de este lugar, como los Carreto Valencia, se encuentran cumpliendo sentencias en Estados Unidos por explotar a mujeres que secuestraban en México, la herencia de este delito sigue presente.
Así como tambien se presume a los Rojas Romero, la cual es una de las organizaciones con más redes de conexión para prostituir mujeres en México y Estados Unidos en la actualidad, todos originarios de Tenancingo Tlaxcala.
Según documentos oficiales del gobierno de la Unión Americana, esa familia ha sido investigada por el delito de tráfico de mujeres desde el año 2000.
Además, la extinta Procuraduria General de la República, hoy Fiscalía, en su momento abrió una averiguación previa contra Fredy y Noé Rojas Romero, en el 2012 por el mismo delito bajo el expediente AP/PGR/Fevimtra/296/2012, en la que también se vincula a Gerónimo “N”.
En la investigación contra los hermanos Rojas Romero, a Fredy y Noé se les acusa de explotar sexualmente a sus novias y, al menos, a 10 mujeres más cada uno.
La averiguación señala que obligan a sus propias víctimas a reclutar a más mujeres, quienes son recibidas en casas de seguridad en Tenancingo y, posteriormente, enviadas a condominios en Irapuato, Guanajuato, donde las autoridades federales identificaron conexiones con tres hoteles locales.
La red está conectada, a su vez, con tres casas en Papalotla, Tlaxcala, municipio cercano a Tenancingo, a un hotel en Acapulco, Guerrero, otro en Martínez de la Torre, Veracruz, y un bar y una casa en Monterrey, Nuevo León.
A esta cadena se le asocia un departamento en Flaming Drive, Houston, así como un bar en la misma ciudad. En la carpeta se asentó que los padrotes se mueven en autos de lujo, como Mustangs, Audis, Mercedes Benz y BMW.
A ellos les gusta vivir bien, a costa de todas sus victimas.
Los tratantes de mujeres, a diferencia de otro tipo de crimen organizado, operan en grupos pequeños, según detalla el informe Panorámica de la Trata de Personas 2018, elaborado por Lantia Consultores para el gobierno de Tlaxcala.
Pero seguro usted se preguntara:
¿Cómo es que se enseña a estos individuos a ser proxenetas desde su infancia?
El entrenamiento al que se someten los individuos, es lo que ellos llaman “una escuela de padrotes”.
Y no es especificamente una escuela, donde aprenden las técnicas y estrategias para engañar a las mujeres y tratar de explotarlas, si no mas bien, son en sus propias casas y con sus familias donde les enseñan el arte de mentir, seducir, engañar, golpear, violar, amenazar, hasta llegar al limite de prostituirlas.
Se vuelven criminales con una preparación que quizás ellos ni siquiera lo vean de esa forma, porque son también sujetos completamente iletrados, en algunos casos analfabetas y sin embargo, se entrenan para convertirse en finos criminales.
Las madres de los padrotes, igual que las esposas, juegan sin duda una posición muy importante, pues son quienes desde su nacimiento educan y normalizan la actividad ilicita de su cónyuge, asi como tambien cuidan y alimentan a las victimas de trata de personas.
El resultado de esto es un negocio familiar, redituable, que alcanza los 5 millones anuales por victima aproximadamente.
Haga usted sus cálculos, que sólo un padrote o proxeneta fácil, tiene por los menos 8 victimas trabajando.
Si, es un negocio redondo.
Ahora, si bien hay intentos para prevenirlo y erradicar esta práctica, estos han sido insuficientes, tendría que haber un esfuerzo no solamente de organizaciones de la sociedad, sino también de las autoridades como Gobierno Federal, gobiernos estatales, municipales, Fiscalías y también la Secretaría de Educación Pública, para que realmente haya programas de prevención.
Es importante que se integren en los programas de estudios explicaciones de por qué los jóvenes no deben de ver la forma de vida que llevan los tratantes, en camionetas de lujo y con casas ostentosas, como una aspiración de vida.
Me queda claro que es muy difícil, porque todo esto también viene dentro de una tradición como país, de una psique.
De lograr esos lujos de forma rapida y sin mayor esfuerzo, todo alimentado por el mismo gobierno y sociedad.
Hay una especie de normalización en todo este machismo y misoginia de ver a la mujer como un producto, como una mercantilización de la figura femenina y esto se nos hace normal, incluso se maneja como una especie de necesidad creada.
Pero bueno qué le digo, empezemos por no normalizar este tipo de delito.
Ya sé, ya sé…
Todos pensamos que como a nosostros no nos pasa, no nos importa.
Qué equivocados estamos.
Esto, le puedo pasar a cualquier persona.
Su servidora tuvo la oportunidad de trasaladarse a Tenancingo, Tlaxcala, y pude observar lo bien organizada que esta la comunidad.
Desde que llegas en la entrada del municipio se encuentran personas atentas a cualquier movimiento inusual, algunos con bicicletas y otros mas con motocicletas, todos te observan.
Al llegar a la explanada de la iglesia, note gente murmurando, al cabo de unos minutos un señora se me acerco y me pregunto a que iba, sólo conteste que a conocer su iglesia, ya que era devota de San Miguel Arcángel.
Muy calmada la señora me contesto; aquí no nos gusta la gente de afuera, mejor vayase con un campanazo todo el pueblo se junta y ni le cuento.
Le sonreí y le pregunté, porque tanta hostilidad, sólo me contesto no se exponga, está usted muy bonita.
Despues de esa amenaza sólo me retire, en el trayecto de regreso me percate de una cantidad considerable de niñas y mujeres, para ser exacta en San Pablo del Monte se concentraba la mayoria.
¿Pero a todo esto que hacen los gobiernos de Puebla y Tlaxcala?
En octubre del año pasado la Gobernadora emana de Morena, Lorena Cuellar, fue entrevistada a las afueras de Palacio Nacional, tras participar en una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador, ahí refirió que en su estado “van a la baja” todos los delitos de alto impacto.
Al ser cuestionada sobre la trata de mujeres en la entidad, que por años había sido uno de los focos rojos en ese tema, la gobernadora declaró: “Hoy no lo es la trata un problema en Tlaxcala”.
Afirmó que en el estado ahora hay presencia de la Marina, existen cinco nuevos cuarteles de la Guardia Nacional y tiene 13 meses, aunque no consecutivos, apareciendo en el primer lugar nacional en cuanto a baja incidencia delictiva.
“Hoy tuvimos una rueda de prensa donde se dio a conocer cuántas bandas (de trata) se han detenido, pero que no son de nuestro gobierno, son de casos anteriores al gobierno, afortunadamente hoy estamos en paz y tranquilos”.
Inclusive, dijo, se ha encontrado que muchas viviendas que en el pasado eran espacios para los tratantes y retener ahí a las víctimas,hoy están vacías.
Pero los datos dicen todo lo contrario, un jurado federal de Brooklyn, Nueva York, declaró culpables a cuatro mexicanos que prostituían a jóvenes en la unión americana, que son señalados de tráfico de menores, tráfico sexual, conspiración para cometer extorsión y promoción de la prostitución, entre otros delitos.
Se trata de Elvira “N”; Roberto César “N”, Blanca “N” y José Facundo “N”, miembros de la organización de tráfico sexual Cid-Hernández, con sede en Queens.
Desde 2002, los acusados, todos ellos parientes entre sí o en unión de hecho, utilizaron la fuerza, las amenazas, el fraude y la coacción para conducir a jóvenes y niñas de México hacia Estados Unidos con una promesa de empleo y una vida mejor, pero que terminaron trabajando en la prostitución.
La organización Cid-Hernández engañaba a jóvenes con trabajo en Nueva York, pero las prostituía. Durante el juicio, una víctima declaró que tenía 15 años y vivía en México cuando, en 2007, Cardona, su tía, se ofreció a pagarle los gastos de viaje a Nueva York, donde la adolescente podría trabajar como limpiadora.
La joven no sabía que Cardona, junto con su pareja Zárate Morales, la madre de éste, Hernández Morales, y su pareja Cid Domínguez, operaban un negocio de prostitución.
Después de su llegada a Queens, Cardona y Zárate Morales hicieron un trato con un cliente para vender la virginidad de la adolescente, que a partir de entonces fue obligada a practicar sexo comercial con 40 o más hombres diariamente, según el tribunal.
Aunque la organización Cid-Hernández tenía su sede en Queens, las mujeres eran transportadas por todo el estado de Nueva York y Connecticut.
Los acusados todos originarios de vecino estado de Tlaxcala, se enfrentarán a cadena perpetua, excepto Cid Domínguez, que puede ser condenado hasta 40 años de cárcel.
A la par un periodista narra la historia de cinco agrupaciones y sus procesos judiciales en las cortes de Nueva York, junto con algunos testimonios de las víctimas.
Para la realización de esta colaboración me apoye en el libro de investigación de
Juan Alberto Vázquez,“Los Padrotes de Tlaxcala” en domde narra los desgarradores testimonios de las victimas y los siete procesos de familias Tlaxcaltecas en Nueva York.
Para concluir mi colaboración y cerrar el tema, le pido a usted que me escucha o me lee, que hagamos conciencia y seamos empáticos con este tipo de situaciones que nos atañen a todos.
Cerrar los ojos y oidos a estos temas, no sirve de nada, le puede pasar a cualquiera.
Se vienen tiempo electorales, donde más allá de dar gorritas y sombrillas, los hoy coordinadores, candidatos o como se les llamen, tengan propuestan reales para combatir este y muchos otros temas que calcomen a la sociedad.
A las seudoactivistas, voceras y servidoras públicas que hoy buscan un puesto de elección popular, les digo:
LAS VÍCTIMAS DE TRATA DE PERSONAS Y DESAPARACIÓN, TAMBIÉN SON MUJERES Y ESO TAMBIÉN ES VIOLENCIA DE GÉNERO.
Asi pues ponganse a pensar como ayudamos a todas, sin distinción.
Termino mi colaboración con esta frase:
No hay mujeres de primera o de segunda, sólo hay mujeres.
Yasmin Flores Hernández