28-04-2024 03:16:06 AM

Muerta, la crítica “chapulín”

Por Valentín Varillas 

 

Los partidos que conforman en llamado Frente Opositor a Morena, han matado ellos mismos lo que hasta ahora ha sido la columna vertebral de sus críticas al oficialismo: el integrar a personajes externos a sus filas. 

En el caos de Puebla, la suma de perfiles como José Juan Espinosa, Nancy de la Sierra o Nadia y Carlos Navarro, quienes formaron parte de los partidos aliados a la 4T y llegaron inclusive a cargos de elección popular gracias a ello, aniquila la retórica. 

Allí estaban, rendidos a los pies de Xóchitl Gálvez, la mesías de los adversarios del presidente López Obrador. 

Y nadie de los defensores de los hoy inútiles derechos de casta, se atrevieron a señalar nada.  

Calladitos todos. 

Hasta los más furibundos, ortodoxos, además de extremos defensores de la congruencia ideológica, guardaron cómplice silencio y no tuvieron más remedio que abrirles los brazos. 

Ni hablar. 

Se tragaron sus principios. 

Lo mismo ha sucedido a nivel nacional. 

El PAN ha recibido a quienes en su momento le juraron amor eterno al Movimiento de Regeneración Nacional. 

Germán Martínez y Lily Téllez, por ejemplo. 

Ambos llegaron al senado bajo las siglas del partido guinda y montados en la popularidad y arrastre electoral que tuvo en el 2018 quien hoy despacha en la oficina principal de Palacio Nacional. 

Los dos, tuvieron una especie de conveniente “epifanía”. 

Una revelación divina que les indicó el nuevo derrotero de su vida pública. 

Muy conveniente, por cierto. 

En su óptica, entendieron que AMLO no era Dios, sino el Diablo y que su nueva misión era amarrar un nuevo hueso para seguir viviendo del erario pero ahora desde otro frente. 

Apenas ayer, otro caso: el de Alejandro Rojas Díaz Durán. 

Otro furibundo pro-gobierno que, ante el incumplimiento de acuerdos en torno a su futuro político, renuncia a la 4T. 

La misma que hasta hace muy poco defendía a rabiar. 

Seguro no estuvo conforme con la cantidad de pomada del hueso que le repartieron. 

Apela a la “congruencia personal”, a la desilusión y la conciencia, para tratar de esconder lo que realmente sucede: en otros partidos le van a dar lo que en Morena le negaron. 

¿Y entonces? 

Ya vimos que en esto no puede haber puritanismos. 

Que la política mexicana se mueve bajo aquellos criterios que dicta el más salvaje pragmatismo. 

Así ha sido siempre; no hay sorpresas. 

Se trata de ganar lo más posible a como dé lugar. 

Inclusive si esto supone hacer amarres y alianzas inconfesables con enemigos del pasado que en teoría pueden llegarte a sumar. 

El problema es hacer monumentales ridículos, criticándole públicamente al de enfrente lo que tú practicas a rajatabla también. 

Que no nos engañen: todos son iguales. 

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