Por Valentín Varillas
La alicaída oposición nacional ha encontrado por fin a su candidata a la presidencia.
La famélica caballada se ha ido bajando del barco ante el sorpresivo arranque de Xóchitl Gálvez.
La panista y su discurso, han pegado con todo en las redes sociales.
¿Hay materia prima real para competirle a Morena el 2024?
En términos de marketing: mucha.
Es mujer, tiene experiencia, ha estado en las grandes ligas de la política y empata con la moda nacional de no haber pertenecido a la élite social de este país.
Discursivamente está ya a la misma altura que Claudia Sheinbaum.
Con la ventaja de que no pueden señalarle errores en el ejercicio de gobierno.
Con la desventaja de no contar con el apoyo del presidente de la República y el peso del aparato oficial y partidista del grupo en el poder.
Pero esto no se traduce necesariamente en votos.
Materia prima única con la que se ganan las elecciones.
Las encuestas marcan una importante desventaja de la alianza con respecto al oficialismo.
Las intenciones de voto de ambos, no están siquiera cerca.
Xóchitl puede convencer a parte de los indecisos e inclusive, motivar a participar en la elección a aquellos que ante la falta de opciones que les convenzan adelantan que optarán por la abstención.
La lógica política indica, en el histórico, que la diferencia se hará más corta.
Pero nada más.
Gálvez arroja un beneficio adicional a los partidos que la ungirán candidata: su inminente inmolación no afectará a ninguno de los grupos importantes que se disputan hoy el control de sus destinos.
Tricolores, blanquiazules y amarillos, pueden pactar una tregua interna que llevaría tranquilidad a sus aguas por lo menos hasta pasada la elección presidencial.
Y eso es oro puro.
El resto lo hará la famosa pomada del hueso.
El reparto de posiciones para no morir de inanición política y poder ondear la bandera de la falsa unidad.
Xóchitl Gálvez vino a motivar a los odiadores de la 4T que no contaban con un perfil claro con el que pudieran identificarse.
Alguien que concentrara toda su frustración, todo su enojo, todas sus críticas contra este gobierno.
Justificados o no.
Hasta en Puebla, “figuras” del blanquiazul que le habían jurado amor eterno a Santiago Creel, ya desempolvaron sus fotos e historias con “la Xóchitl”.
Inundaron sus redes con esta especie de memorabilia.
Se entiende de sobra su actuar.
Andan huérfanos en lo político.
Tendrán la motivación necesaria para transitar la coyuntura política de la sucesión y tal vez les alcance la energía para lamerse las heridas del amargo despertar post-electoral que les espera.
Sí, otro más.
Hasta el 2030.
