Por Valentín Varillas
¿Cómo andan las relaciones entre el gobierno de Puebla y el federal?
¿Qué tal la llevan Sergio Salomón y Andrés Manuel?
Desde lo ambiguas que pueden llegar a ser las formas -esas que en política se vuelven fondo- la respuesta tendría que ser : bien, muy bien.
Hay magnífico trato, excelentes maneras, relación cordial, palabras deferentes. Además de todo tipo de halagos en el discurso.
Ejemplos contundentes sobran de lo anterior:
Desde cómo le ha ido al mandatario poblano en sus visitas a Palacio Nacional, hasta cómo se sintió el presidente en Puebla durante los festejos del 5 de Mayo.
Pero más allá de toda esta filigrana, el dato duro que mide el ánimo de las relaciones entre niveles de gobierno, está en la cantidad de recursos que el gobierno federal va a invertir en el estado el próximo año y medio.
Los más de 3 mil millones de pesos que se van a destinar de manera conjunta a la construcción de la cuarta troncal de RUTA y dos distribuidores viales, sirven para darnos una idea.
Lo mismo, con las opciones que las autoridades federales en materia fiscal han puesto sobre la mesa para compensar hasta el 75% de los más de 2,500 millones de adeudos heredados por administraciones pasadas.
Existe un compromiso muy claro por parte del Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, para traducir en hechos concretos todo, absolutamente todo lo que se ha dado a conocer en el discurso.
Así lo acordó de frente y personalmente con el propio gobernador Céspedes Peregrina.
Imposible no cumplirlo.
Sobre todo en la coyuntura electoral que viene.
Existe sin duda un beneficio colateral de tipo político para el oficialismo, al llevar a cabo este tipo de proyectos que traerán beneficios concretos a millones de poblanos.
En esa arena, por cierto, todo parece fluir sin contratiempos.
Todo indica que Puebla no será una piedra en el zapato en lo que a la estrategia electoral del presidente se refiere.
Con todo y las calenturas y apetitos personales que se sudan.
A pesar de las posiciones de peso que ocupan en el escenario nacional algunos de los tiradores.
Y eso, para AMLO, es un problema menos.
Es muy clara la ruta a seguir y no hay duda de que el presidente y el gobernador están en la misma sintonía.
En cualquiera de los escenarios.
Conclusión: si en lo económico y en lo político, todo marcha sobre ruedas, mejor: imposible.