24-04-2024 12:28:04 PM

¿Y cómo la va a jugar el PRI en Puebla?

Por Valentín Varillas

 

Es ya cantado el pleito entre el todavía dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno y el gobierno federal.

Son claras las consecuencias que Alito ha sufrido al no ceder a las presiones del presidente para que el tricolor fuera un aliado legislativo al votar reformas fundamentales para AMLO en la segunda mitad de su sexenio.

En teoría, esta realidad tendría que hacer que los liderazgos priistas cerraran filas de manera incondicional alrededor de su líder.

El embate, ordenado y operado desde Palacio Nacional es evidente.

A Moreno le han echado encima toda la fuerza del aparato oficial y ha faltado mucha solidaridad por parte de sus compañeros de partido.

Pocas expresiones públicas, claras, contundentes, se han escuchado entre quienes en teoría deberían de ser sus aliados en esta batalla.

Normal si entendemos que “Alito” está hoy en el peor de los mundos.

Más allá de su cruzada contra el régimen, al interior se ha quedado prácticamente solo.

Ha dinamitado como nunca la relación con los distintos grupos al interior, principalmente por su enfermiza obsesión de mantenerse a como dé lugar al frente del partido.

Es evidente que se ha quedado solo, muy solo.


Y los números, por supuesto, no le ayudan.

Como nunca en su historia, el PRI ha dejado de ser opción electoral en casi todo el territorio nacional.

Las derrotas sufridas a partir del 2018 han sido demoledoras.

El partido que gobernó más de siete décadas, el que trascendió inclusive al Partido Comunista Soviético, está en riesgo de perder el registro en un par de estados de la República.

Y numéricamente, poco suma ya a la gran alianza opositora que promete pelearle la presidencia a Morena en el 2024.

Si Alito sigue en el cargo, la continuidad de esta coalición está en riesgo.

Es más, hoy está sostenida con alfileres.

En Puebla, por ejemplo.

Aquí, más allá de quién ocupe la dirigencia nacional al momento de la próxima elección presidencial, los tricolores se ven y operan mucho más cerca del gobierno estatal emanado de Morena, que de sus aliados en los otros partidos.

Es más, en el presupuesto electoral de la “oposición” aquí en la aldea, se da por hecho que el trabajo político de los operadores tricolores se hará a favor de los intereses oficiales y no para apoyar a quien resulte el candidato aliancista.

Públicas se han hecho varias reuniones en donde quedaron en evidencia los acercamientos concretos entre personajes de Morena con aspiraciones para competir en el 2024 y aquellos priistas que todavía tienen un peso específico real en la movilización electoral en algunas zonas importantes del estado.

Y no quieren perder.

Buscarán, a como dé lugar, servirle a quien tenga posibilidades de ganar.

Y saben de sobra, que Morena ganará caminando la presidencia de la República y que bajo esa lógica, harán todo por mantener el gobierno de Puebla a como dé lugar.

Es más, hay quienes están tan convencidos de este escenario que ya negocian, actúan y operan, bajo la lógica de su Plan B personal.

De sus potenciales premios de consolación.

Aquí, el PRI será de color guinda en la coyuntura del 24.

No lo dude.

 

 

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