26-04-2024 05:38:45 AM

Armenta y su sueño de ser Moreno Valle

Por Valentín Varillas

 

La cabalgata del senador Armenta con lo que queda del clan Morales Flores, es el punto de quiebre de su relación no solo con Morena, sino con el grupo político que hoy gobierna el estado.

Es decir, con el propio gobernador Miguel Barbosa.

Y no hay vuelta atrás.

Como no hay vuelta atrás en la irremediable fractura de su padrino político, Ricardo Monreal, con el presidente López Obrador.

Mientras en Toluca, los verdaderos presidenciables se llenaban de pueblo con los seguidores del Movimiento de Regeneración Nacional, Monreal sepultaba sus aspiraciones presidenciales presentando una ofrenda mortuoria en la Rotonda de las Personas Ilustres en memoria del poeta Ramón López Velarde.

Vaya simbolismo.

Monreal sabe que sin Movimiento Ciudadano, ser candidato de una alianza opositora que no cuente con el partido naranja no le alcanza para mucho.

Seguir dinamitando puentes con los operadores y estrategas políticos de Palacio Nacional, pone en riesgo el premio de consolación que pudiera ser competir por el gobierno de la Ciudad de México.

Y el futuro de Armenta va de la mano del zacatecano.

Le guste o no.

Por eso, el acercamiento y los amarres con lo poquísimo que queda del grupo político de Moreno Valle.  

El senador busca revivir la estrategia que llevó a Rafael a la gubernatura.

Quiere ser la única opción viable en un escenario de rompimiento al interior del partido en el poder.

Pero son otros tiempos y en la aldea, se vive una realidad política completamente distinta a la que en su momento llevó al malogrado exgobernador a lo más alto del poder político local.

RMV surgió de una gran escisión del PRI.

Del rompimiento Marín-Melquiades.

Pero su verdadero trampolín fue el escándalo generado a partir de las publicaciones de las conversaciones entre el entonces gobernador y el empresario Kamel Nacif sobre el caso Lydia Cacho.

Moreno Valle tuvo el apoyo de una figura de la talla de Elba Esther Gordillo y su capacidad de operación electoral para hacer realidad su proyecto político.

También el visto bueno del presidente Calderón para abrirle las puertas del PAN y sobretodo, para poner de rodillas a Marín y obligarlo a entregar el estado a cambio de su libertad.

A diferencia de hoy, ya no había jefe político real en Puebla.

Nada de esto tiene hoy Armenta.

Al contrario.

Sus bonos nacionales están en su mínimo histórico.

Su padrino Monreal, no aporta nada en el tema de controlar y operar una gran estructura de alcance nacional, que le aporte votos en el estado.

Sus amarres con el grupo de Lastiri permanecerán intactos, mientras el de Zacatlán siga impune por su participación en la Estafa Maestra.

Algo que podría cambiar muy pronto.

Pero por mucho que pueda sumar, no le alcanza.
Su otro apoyo, con el que hasta hace un par de semanas tenía una cercanísima relación, con sus respectivos e inconfesables pactos, seguramente pasará el resto de sus días en a cárcel por haber mandado a matar a la madre de su hijo.

Tampoco aportaba gran cosa.

Y los Morales Flores, simplemente ya fueron.

Son cosa del pasado.

Sus cachorros fueron incapaces de mantener lo que los hermanos Jesús y Melquiades lograron construir en lo político.

No tuvieron ni la capacidad, mucho menos el talento.

Fernando, también muy cercano a López Zavala, buscaba integrarlo a la oferta electoral de Movimiento Ciudadano.

Jesús, “Chuchito”, quien defendió con uñas y dientes la marranera electoral morenovallista que sentó sus bases en el Hotel M y M, en plena coyuntura de la elección a gobernador en el 2018, también trae su cola.

Y no suma nada, al contrario.

Pronto, muy pronto, podría ser otra pesada losa para las aspiraciones de Armenta.

No, no se confunda, no es un tema nuevo ni de vendetta política.

Ya tiene tiempo y se trata, simple y llanamente, de la aplicación de la ley.

De hacer valer el estado de derecho.

¿Conclusión?

Armenta se equivoca, por enésima vez.

Como con Marín.
como con Peña Nieto

Simplemente, en términos de política real, está muy lejos de ser algo siquiera parecido  al Moreno Valle del 2010.

Al contrario.

A medida que pasa el tiempo y pasan cosa, resulta evidente que los siempre caprichosos astros de la política, lejos de alineársele, le dan la espalda con toda contundencia.

Vaya despertar el que le espera.

 

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