18-04-2024 04:10:54 PM

Oposición confundida

Por Valentín Varillas

 

Partidos opositores a Morena, en su desesperación, confunden aspectos básicos de la política real que en teoría deberían manejar con auténtica maestría.
Hoy festejan el triunfo legislativo que para ellos representa el que no haya pasado la Reforma Energética del presidente López Obrador.

Bien por ellos: felicidades.

Han tenido tan poco que celebrar en los últimos años, que puede resultar justificable la estridencia y el triunfalismo al respecto.

La pifia viene al momento de querer vender en el discurso que este hecho es el antecedente de una serie de derrotas que en su óptica sufrirá Morena, a partir de ahora y en el 2024.

Nada que ver.

Son dinámicas y procesos completamente diferentes.

Primero, porque alrededor del rechazo a la Reforma existieron una serie de intereses y presiones que son completamente ajenos a la lucha de los partidos por el poder.

En la oficina principal de Palacio Nacional ya se sabía de sobra.

Cómo no.

Tres visitas a México de John Kerry para cabildear el tema, no dejaron lugar a dudas.

En este contexto, se le dio materia prima valiosísima al presidente para echar a andar el tipo de discurso que mejor maneja y que más réditos le genera entre sus seguidores y simpatizantes.

Envolverse en el más burdo nacionalismo y etiquetar a sus opositores como “enemigos de la patria”: traidores vendidos a intereses extranjeros.

Esta lógica, hoy convertida en obsesiva materia prima del discurso oficial, son auténticas joyas que abonan a su popularidad y al posicionamiento de López Obrador y de quienes forman parte del partido en el poder.

Conclusión: el no haber aprobado la Reforma Energética es una pírrica victoria que no le traerá beneficios electorales a quienes compitan en el futuro inmediato como candidatos de la alianza.

El panorama en este 2022 luce desastroso.

Perderán todos los estados que están en disputa, menos Aguascalientes.

Y lo peor: los mandatarios actuales, los que están en funciones, todos emanados de PRI y PAN, han rendido dócilmente la plaza en busca de impunidad eterna.

En el 2023, va a pasar lo mismo con Coahuila y sobre todo, con el Estado de México : la gran concertacesión con el peñismo.

Ahí, el principal impulsor de la candidatura de Delfina Gómez va a ser el propio Alfredo Del Mazo, quien de manera burda se robó la elección en el 2016 y que hora fungirá como garante de los acuerdos AMLO-Peña Nieto.

No es poca cosa, se trata del estado que más votos aporta al padrón electoral nacional.

Y así, contando los de Morena y sus paleros electorales, el presidente llegará al 2024 con el control absoluto de 24 estados.

¿Realmente el que no haya pasado la Reforma Energética puede compararse a tener el control político del 75% del territorio nacional?

Los gobernadores en funciones, emanados de Morena, serán un factor importante.

Puebla entre ellos, por supuesto.

Por eso, ayer el PAN poblano se curaba en salud adelantando una posible operación electoral oficial a favor de quien resulte el candidato de ese partido al gobierno del estado y fustigando al PRI como potencial marioneta del jefe del ejecutivo estatal.

Aquí, en esa elección, va a pasar algo muy parecido a lo que sucedió en el 2021.

Se ganara el gobierno del estado para abonar a la continuidad de la 4T en la presidencia, operando, cabildeando y amarrando otras posiciones, con otros partidos, si es que así le resulta conveniente al actual grupo en el poder.

El blanquiazul lo sabe de sobra y ha probado ya las dulces mieles de haberse beneficiado de una coyuntura similar.

O de verdad, en el colmo del surrealismo ¿estarán convencidos que la figura de Lalo Rivera y los enormes yerros de la asada administración municipal en la capital justifican una victoria en las urnas por más de 21 puntos?

Por favor.

 

 

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