01-05-2024 12:02:23 PM

No germinó la semilla opositora

Por Valentín Varillas

 

¿Quién diablos se acuerda hoy de aquella tan cacareada Alianza Federalista?

Aquel grupo de gobernadores emanados de las filas de la oposición que en teoría se iban a convertir en un contrapeso real, efectivo, al presidente López Obrador y su famosa Cuarta Transformación.

Algunos, ya dejaron sus cargos y fracasaron rotundamente en sus respectivos procesos sucesorios y rindieron la plaza a esa oposición a la que en teoría iban a combatir.

El Bronco en Nuevo León, por ejemplo.

Una auténtica decepción como independiente, que le acabó entregando el poder a un infiltrado de Morena en Movimiento Ciudadano, Samuel García, quien en los hechos opera como un peón más al servicio del presidente.

Será difícil que tenga futuro en la política nacional.

Silvano Aureoles, el aguerrido opositor a AMLO, quien quiere demostrar que el crimen organizado, del que como gobernador de Michoacán fue su peón fue el factor principal del demoledor triunfo de Morena en ese estado, debe de estar más preocupado por todas las marranadas hechas durante su administración y los procesos legales que de ahí podrían desprenderse, que por perfilarse como serio opositor para el 2024.

Su sucesor, Alfredo Ramírez Bedolla, ya se la cantó desde el primer día de su gobierno.

El priista José Ignacio Peralta, a pesar de ser uno de los mandatarios mejor evaluados del país, no pudo con la ola Morena que llegó a Colima para llevar a la gubernatura a Indira Vizcaíno.

En algún momento, se pensó que ese estado quedaría como uno de los poquísimos bastiones restantes del tricolor, pero al final no le alcanzó.

Si no pudo ganar su entidad, imposible que sea un producto electoralmente rentable en el escenario nacional.

El panista Francisco Barrio vivió la peor de sus realidades.

Ganó su partido la gubernatura de Chihuahua pero lo hizo a través del ala contraria, la más férrea opositora a la suya y en donde la nueva mandataria Maru Campos, lo tiene prácticamente fuera de la escena política estatal.

Como dicen en mi pueblo: agarrado del segundo tercio del cuerpo.

Los que siguen en el cargo están todavía peor.

Alfaro en Jalisco sufrió una dramática metamorfosis y pasó de lobo a corderito.

De crítico acérrimo al presidente a agachón, en tiempo récord.

En pleno enfrentamiento, durante una visita de AMLO a su estado, se esperaba que salieran chispas por el torneo de ataques y descalificaciones que habían protagonizado.

El “valiente” gobernador que madreaba a larga distancia, de frente, se deshizo en alabanzas y consideraciones al mandatario federal.

Con ese pequeñísimo detalle, perdió mucho de su “rating” como crítico del régimen, faceta que de plano se ha negado a recuperar.

Algo le saben y seguramente los mensajes le llegaron de manera contundente.

De Cabeza de Vaca, ni que decir.

El gobernador panista de Tamaulipas trae ya colgada la etiqueta de perseguido del régimen, lo cual en teoría tendría que hacer que sus bonos e imagen subieran como la espuma.

Sin embargo, en el imaginario colectivo nacional siguen las dudas sobre el proceso legal que se sigue en su contra en los Estados Unidos por supuestos pactos inconfesables con la delincuencia organizada.

Diego Sinhue carga con el nada decoroso distintivo de gobernar uno de los peores estados en materia de seguridad pública.

Celaya y otras ciudades son escenario de los más sangrientos enfrentamientos entre grupos criminales, lo que ha tenido como consecuencia un terrible saldo social: una enorme cantidad de vidas perdidas de ciudadanos que no pertenecen a esas organizaciones.

La elección a gobernador también es en el 2024 y siendo Guanajuato territorio panista, seguramente Sinhue no tendrá problema alguno con poner a su sucesor.

Su fracaso en seguridad, lo elimina de antemano de la baraja de posibles presidenciables.

Riquelme en Coahuila está en el lugar 21 en el ranking de los 32 gobernadores evaluados y más allá de los mediocre de su administración, en las encuestas Morena aparece con más de 8 puntos de ventaja en relación con la oposición.

Ahí, seguramente AMLO mandará como candidato a uno de sus consentidos: el polémico y millonario senador Armando Guadiana, quien según la investigación periodística protagonista “Pandora Papers”, tiene su fortuna en distintos instrumentos ubicados en paraísos fiscales.

En Durango, los números indican que Morena podría ganar hasta por dos dígitos de diferencia con todo y la posibilidad de que el impresentable de Manuel Espino sea el candidato.

Rosas Aispuru lo sabe de sobra y hará lo posible por transitar de la mejor manera el resto de su mandato.

No es ni de chiste material presidenciable.

Lo mismo Aguascalientes, única elección que podría ganar el PAN en el 2022, pero cuyo gobernador saliente Martín Orozco, no tiene el menor interés en que siquiera lo mencionen como un perfil probable para competir en el 24.

¿Conclusión?

En esta alianza federalista, donde en teoría se tendrían que concentrar los auténticos liderazgos de la oposición nacional ha sido un rotundo fracaso en todos los sentidos.

El candidato o candidata que le vaya a pelear a Morena la candidatura tendrá que salir de otra trinchera y de plano no se ve de dónde.

Tendrán que sacarle de la manga a alguien que no esté actualmente en el radar y como si fuera rata de laboratorio, transformarlo en un producto electoral lo suficientemente bueno como para arrebatarle el poder al partido de un presidente que, a pesar de los pesares, lo aprueba más del 65% de sus gobernados.

Vaya reto.

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