25-04-2024 03:31:05 PM

La historia detrás de López Díaz

Por Alejandro Mondragón

 

“Efectivamente, me subieron a una camioneta –salía del programa de radio- dieron de vueltas por varias calles, en medio de ofensas y amenazas.

 

“En verdad, lo que me causó alarma fue que tenían el itinerario de mi hija (estudiaba en la Ciudad de México) hora de entrada y salida de su casa, universidad y hasta cómo iba vestida en distintos momentos; me enseñaron las fotos”.

 

“Después me dejaron ir, pero poco me importaron las amenazas contra mi persona, me alarmaron que podían dañar a mi hija”.

 

Así con esas palabras, Javier López Díaz (q.e.p.d) contó a este reportero el levantón que sufrió por parte del morenovallismo para que dejara de exhibir su estrategia de seguridad en Puebla.

 

Al Portador publicó la historia, sin detalles, días después que ocurrió. A López Díaz me lo encontré causalmente, me agradeció haber difundido la versión porque ya lo dejaron en paz, a él y su familia.

Tiempo atrás, el entonces gobernador Rafael Moreno Valle había pedido su cabeza a Doña Coral Castillo, quien se la negó en cuatro ocasiones. “Javier es parte de la familia Cinco Radio”, le contestó.

 

El morenovallismo estaba desquiciado por los reportes que emitía sobre inseguridad en Puebla y acusaciones de abusos y excesos.

 

El gobernador finado desde las 6 de la mañana despertaba a su círculo cercano para atender las quejas, hasta que dos personajes Luis Maldonado y Eukid Castañón elaboraron un reporte contra López Díaz.

 

De ahí vino la exigencia de correrlo y la negativa de la dueña de Cinco Radio, estación que sufrió recortes de hasta 30 por ciento en los contratos publicitarios con el gobierno, Ayuntamiento y la BUAP, entidades que formaron parte del llamado Tripack para castigar a los medios críticos del morenovallismo.

 

Esos sí eran tiempos de persecución, levantones, boicots, demandas legales en firme contra los críticos e incómodos del poder.

 

Y sí hay que señalar que los demás medios de comunicación, sus dueños, directores de noticias y periodistas callaron ante tal infamia contra López Díaz.

 

No se escondieron tras el micrófono, ni la pluma, sino detrás de los convenios generosos que les daba el morenovallismo, al cual hoy muchos siguen extrañando.

 

Descanse en paz, licenciado López Díaz.

 

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